¿Comprarías unos tomates que además de estar ricos y tener buen aspecto, son más saludables, consumen menos agua y por tanto son respetuosos con el medio ambiente? Probablemente tu respuesta sea sí. Pues eso es lo que ha pensado un grupo de expertos de la Universidad de Sevilla, liderado por los profesores Mireia Corell y Antonio J. Meléndez, quienes han aplicado la técnica de riego deficitario controlado en cultivos de dos variedades de cherrys y otros nueve tipos de tomates.

El resultado ha sido doblemente positivo, ya que se ha reducido la cantidad de agua de riego al 50% y se ha incrementado la concentración de caratenoides. Los carotenoides son pigmentos orgánicos que se encuentran de forma natural en plantas y otros organismos fotosintéticos como algas, algunas clases de hongos y bacterias, beneficiosos para la salud. "No se trata de utilizar la mitad de agua así porque así, sino de realizar un estudio del estado hídrico de la planta y, conociendo sus necesidades, regar el cultivo de manera adecuada en el momento óptimo", explica la profesora Corell.

Los productos hidrosostenibles benefician tanto al agricultor como al consumidor

Esta metodología beneficia al agricultor, para el que se le abre un nuevo camino en la línea de productos hidrosostenibles, que se diferencian en el mercado por un consumo reducido tanto de agua como de energía, lo que abarata también los costes de producción. Al mismo tiempo supone un valor añadido al consumidor, que compra un producto de mejor calidad nutricional y sostenible con el medio ambiente.

En este contexto, el profesor Meléndez asegura que "la sociedad hoy día quiere consumir alimentos más sanos para vivir más y mejor. No se trata de aumentar la esperanza de vida sino de llegar a nuestros últimos años con una buena calidad". Este sistema de optimización de riego controlado es además idóneo en épocas de sequía y en climas áridos donde cada gota de agua cuenta. Estos resultados son fruto de la tesis doctoral que la investigadora Elena Coyago de la Universidad Politécnica Salesiana de Quito (Ecuador) ha llevado a cabo durante tres años en los campos de cultivo de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, bajo la  dirección de los profesores Corell y Meléndez.