Moda de Sevilla

Espectacular adiós con toques barrocos

  • La solidez de 'Moda de Sevilla' confirma que este certamen es una de nuestras citas anuales imprescindibles.

Tras tres jornadas anteriores, ayer se alcanzó el éxtasis en Moda de Sevilla gracias, sobre todo, a los desfiles que tuvieron lugar por la tarde y que se convirtieron en dos puntos álgidos del certamen. Antes, a la una de la tarde se tuvo oportunidad de contemplar propuestas de Alejandro Postigo en las que se entallaron los cuerpos con tejidos como la seda o la gasa dentro de un concepto limpio y, a la vez, delicado.

Más tarde Manuel Obando reunió a lo más granado de la sociedad local (alcalde incluido) para mostrar unas prendas entre las que destacaron los pantalones pitillo con chaquetas, los monos estampados, las cintas de colores a modo de cinturones y unos homenajes a los años 20 y a los 50 que, en el final, desembocaron en una fantástica novia con un bello encaje -en cuerpo y mangas con puños ribeteados en piel- y escote en V. Ya en la despedida, Tolentino consiguió que el Casino de la Exposición acogiera, igual que en París o en Milán, un espectáculo al que aquí rara vez asistimos. Y así, sus tocados -una auténtica fantasía barroca mezclada con el futurismo del siglo XXI- oscilaron entre los más sencillos casquetes de perlas con plumas a otros en forma de rosetones con vidrieras rojas pasando por una gran y desafiante peina negra tras la que se produjo el cierre con una valiente cornamenta propia de cualquier valkiria wagneriana. Una bella fantasía que, una vez más, nos hizo creer que, a veces, los sueños se hacen realidad.

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