El makloba es un plato típico de Palestina. Se suele preparar en ocasiones especiales, en reuniones familiares y de amigos en días festivos, y se sirve en platos grandes. A simple vista sería algo así como una paella árabe, pro sus ingredientes, la base es arroz, y sus aromas y colores. Pero la que se cocinó este lunes en el congreso Andalucía Sabor es mucho más. Esta receta es la mejor prueba de que la gastronomía no entiende de fronteras y habla el mismo idioma en todo el mundo.

La conversación, en una de las cocinas instaladas en el palacio de congresos de Sevilla, corrió a cargo del chef sevillano Julio Fernández, de Abantal, y el cocinero sirio Yassin Zahar. El primero mantiene desde hace 11 años una estrella Michelin y el segundo encontró su refugio entre fogones tras llegar a España hace cuatro años huyendo de la guerra y dejando atrás a toda su familia. Viajó hasta Argelia y desde allí hasta Marruecos para llegar a España a través de Melilla. En su país había sido cocinero durante 15 años.

Ambos han sido los protagonistas de la iniciativa Acoge un plato, presentada por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado en Sevilla. "La gastronomía une más de lo que creemos", ha explicado José Carlos Budia, coordinador de CEAR en Andalucía. 

Gastronomía y cultura. Julio Fernández asegura que cada plato tiene una esencia y una historia detrás que encoge el corazón. Espíritu y alma en una cocina "que muestra cosas positivas de nuestra cultura", ha apuntado el refugiado. 

El recetario de Acoge un plato consta ya de todo un menú degustación internacional: borsch de Ucrania, el mahashi kurdo, el arroz chaufa de Perú, el yaprak sarmasi de Turquía, el ceviche de camarones o el baho de Nicaragua, el cuscús marroquí o lo panes con gallina de El Salvador.