En el 24 de la calle Luis de Morales, Nervión, este Martes Santo huele a espinacas con garbanzos. El aroma procede de la cocina de Poxao, el último restaurante del grupo hostelero sevillano en abrir sus puertas, el pasado 1 de diciembre, y que, tres meses después, cerró con motivo del coronavirus. En su interior, hoy se cocina un plato típico de la época que, por desgracia, no se servirá a sus clientes habituales. Los comensales de hoy serán 350 personas que residen en casas de acogida de distintas entidades solidarias de la ciudad.
"Desde luego, esta Semana Santa, no tiene nada que ver con las que estamos acostumbrados a vivir desde nuestros restaurantes, pero queríamos tener un gesto solidario y de apoyo al sector de la hostelería, que unido seguro saldrá adelante y podrá aportar muchas cosas", recalca Pedro Adame, uno de los propietarios de Poxao junto con Manuel Adame (responsable de sala), Jesús Rosendo (chef ejecutivo del Grupo Traga), Manuel Vega (Antique Theatro) y Álvaro y Fernando Porta (sastrería Derby 1951).
88 kilos de garbanzos y 140 de espinacas sirven para suministrar las 35 raciones que tres furgonetas reparten entre el Comedor Social Miguel de Mañara, tres casas de acogida de mujeres maltratadas y víctimas de la trata de blancas y la comunicad y casas de acogida de Proyecto Hombre Sevilla. "Toda esta iniciativa ha contado con la colaboración de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Sevilla", detalla Adame.
A la habitual y diversa carta de Poxao, donde la alta cocina se funde con la revisión de la típica tapa andaluza, sus cocineros Víctor González y Jesús Rosendo han añadido el ingrediente más solidario a las tradicionales espinacas con garbanzos. "En momentos difíciles, uno se reinventa y saca la mejor versión de uno mismo. Este es nuestro granito de arena a la situación actual", añade el hostelero.
Trayectoria de grupo hostelero
El grupo hostelero sevillano ha sufrido como todos el sector de la hostelería la pandemia de forma directa así como sus 72 trabajadores. Aún así, Pedro Adame se muestra optimista y afirma que "es el momento de mirar a la cara a la realidad y, si la hostelería se une, todo va a ser más sencillo".
Traga tiene su "casa madre" en Águilas. Continuó su expansión en la Plaza de San Francisco y su última apertura fue Poxao, en Nervión. "En estos momentos, hemos tenido que parar la obra de la que será nuestra próxima apertura, Traga Aljarafe, en Tomares", describe el empresario.
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