El pintor José García-Vallés nació en una familia de artistas, por lo que ha estado muy en contacto con ese mundo. "No recuerdo dibujar mucho de pequeño, pero siempre he ido a exposiciones y he tenido relación con compañeros de profesión por mi padre". Por eso se licenció en Bellas Artes y ha continuado sus estudios de máster y de doctorado en el mismo camino. Al mismo tiempo se dedica profesionalmente al diseño gráfico. Aunque ha participado en exposiciones colectivas desde 2008, su gran paso lo ha dado en marzo de este año, cuando realizó su primera muestra individual de arte. Esta exhibición, que fue el colofón de su tesina, llevó como título Larvatus prodeo. Con esta frase, que se atribuye a Descartes y que significa "avanzo ocultándome", quiso hacer un símil con su obra, que ha crecido a la sombra durante sus estudios y con esta exposición salió a la luz. A raíz de este trabajo surgió su segunda oportunidad individual en Guillena. En esta última muestra aparecieron algunos de los cuadros de la primera junto con la evolución que ha vivido. "Me he inspirado en los paisajistas del siglo XIX, enlazando con los expresionistas abstractos. Mi trabajo es un estudio de la luz", explica. Con su doctorado no rechaza seguir el camino de la docencia, aunque según él, lo que le llena es trabajar en el arte y poder enseñar lo que hace.