Rutas de senderismo

Camino de Santiago | Vía Arán-Pirineos, etapa 1: Saint Bertrand de Comminges-Saint Pé d'Ardet

Lago glaciar de Saint Pé d'Ardet.

Lago glaciar de Saint Pé d'Ardet. / Emilio J. de los Santos

Estrenamos la Vía Arán-Pirineos con una etapa preciosa que sirve de perfecta introducción. El punto de partida es la monumental localidad de Saint Bertrand de Comminges, en la Occitania francesa. El tercio inicial de la ruta va en llano, antes de comenzar a elevarse en las primeras estribaciones de los Pirineos. En total, serán 17,8 kilómetros con un desnivel acumulado de subida de 655 metros y 580 de bajada. En gran parte del recorrido, avanzaremos por los trazados marcados de los GR 78 y 86.

Claustro en el interior de la catedral de Nuestra Señora. Claustro en el interior de la catedral de Nuestra Señora.

Claustro en el interior de la catedral de Nuestra Señora. / Emilio J. de los Santos

En la presentación de este camino, ya explicamos cómo llegar a Saint Bertrand de Comminges. La idea es intentar disfrutar de su abundante historia en la tarde previa a partir andando. Es una maravilla recorrer las bonitas calles de este histórico pueblo fundado en el siglo I a.C. Lo más destacado del conjunto es, sin duda, la Catedral de Nuestra Señora que corona y domina este majestuoso lugar. La construcción primitiva data del siglo XII, de estilo románico, pero se le fueron añadiendo elementos góticos y renacentistas en años posteriores. Tiene un claustro interior con unas vistas muy pintorescas a los montes próximos. Tampoco podemos olvidar, en la parte baja de la localidad, las ruinas de la basílica paleocristiana.

Vistas de Saint Bertrand de Comminges, con la catedral dominando el pueblo Vistas de Saint Bertrand de Comminges, con la catedral dominando el pueblo

Vistas de Saint Bertrand de Comminges, con la catedral dominando el pueblo / Emilio J. de los Santos

Nuestra larga caminata arranca justo en la catedral. La calle Le Plan nos deja en la parte baja del pueblo. Hay que cruzar la carretera (la D26A) que pasa por el lateral oriental del municipio. En el cruce, seguimos de frente por la carretera de Saint Just, que avanza entre muretes. Al fondo, una curva en ángulo recto a la derecha nos aproxima al camping Pibous. Tras una recta de unos 600 metros, nos desviamos a la derecha por una arboleda para visitar la bonita basílica de Saint Just. De estilo románico y del siglo XII, es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El conjunto, con su cementerio anexo, está perfectamente alineado con la catedral de Saint Bertrand y ofrece una estampa muy llamativa.

La iglesia de Saint Just. La iglesia de Saint Just.

La iglesia de Saint Just. / Emilio J. de los Santos

Retornamos a la carretera de antes por una encrucijada. De frente está el pueblo de Valcabrère, pero nuestra ruta dobla a la derecha. Caminamos recto hasta desembocar en la carretera D925, también llamada Chemin de Palouman, que marca el límite entre los departamentos de Alto Garona y Altos Pirineos. La seguimos por el arcén hacia la izquierda unos 400 metros. Cuando lleguemos a unas casas, observaremos que a la derecha sale, en un ángulo muy cerrado, una vía ciclista. La tomamos y, sin pérdida, llegamos a la localidad de Loures-Barousse.

La iglesia de Saint Roch, en Loures-Barousse. El camino va por la calle que comienza junto al árbol. La iglesia de Saint Roch, en Loures-Barousse. El camino va por la calle que comienza junto al árbol.

La iglesia de Saint Roch, en Loures-Barousse. El camino va por la calle que comienza junto al árbol. / Emilio J. de los Santos

Vamos a atravesar una parte urbana antes de comenzar a subir monte. Loures-Barousse es una localidad con poca población, pero sus casas están dispersas. Cuenta con varios servicios, como un bar, una farmacia y un ambulatorio. El Chemin de Palouman nos incorpora a la Rue du Dr Paul Sabatier. Cuando alcancemos la intersección con la carretera de Luchon, en una plaza, viramos a la izquierda hacia la iglesia de Saint Roch para, acto seguido, tomar la calle que sale por la derecha junto a un árbol (Rue du Souvenir). Atravesamos un barrio residencial hasta cruzar por un puente el río Garona. Será nuestro primer encuentro con este río: en los próximos días seguiremos su curso.

Nos encontramos por primera vez con el río Garona. Nos encontramos por primera vez con el río Garona.

Nos encontramos por primera vez con el río Garona. / Emilio J. de los Santos

La otra orilla ya pertenece al municipio de Barbazan. Seguimos recto en la glorieta y caminamos por la calle Prade hasta llegar a un parque bastante amplio. Accedemos al recinto por una puerta baja y llegamos hasta el fondo. Allí nos toparemos con un edificio muy largo: son los baños termales de esta localidad, bastante conocidos en la zona, por cierto. Nuestro sendero va por la derecha. Hasta aquí llevamos unos 6 kilómetros andados.

Al fondo del parque en Barbazan, veremos un templo sin finalizar. Justo aquí acaba el tramo llano. Al fondo del parque en Barbazan, veremos un templo sin finalizar. Justo aquí acaba el tramo llano.

Al fondo del parque en Barbazan, veremos un templo sin finalizar. Justo aquí acaba el tramo llano. / Emilio J. de los Santos

Hasta ahora hemos ido por llano todo el rato. Comenzamos a subir: efectivamente, vamos a pasar el cerro alto que hay tras el edificio del balneario. Al fondo del parque, giramos a la derecha y, tras pasar por una capilla del siglo XIX que nunca se acabó, viramos a la izquierda para afrontar la primera rampa ascendente hasta la carretera de Luscan. De nuevo por la la derecha, seguimos el arcén unos metros. Las marcas nos sacan por el sendero de tierra que parte a la izquierda. En los próximos cinco kilómetros vamos a subir 400 metros de altura. No será un ascenso complicado. La bonita ladera que iremos superando nos ofrecerá unas panorámicas impresionantes de la llanura que acabamos de atravesar desde que partimos de Saint Bertrand de Comminges. En cierto momento, el viraje al sur será más claro y a media altura descubrimos la bucólica pradera de Gès, rodeada de un bosque de pinos y abetos y con las primeras montañas elevadas a su alrededor. Justo en este punto vamos a adquirir consciencia de que nos estamos metiendo en la cordillera.

Desde la ladera tendremos una bonita panorámica de la llanura que acabamos de recorrer. Hasta se ve la catedral de Saint Bertrand de Comminges al fondo. Desde la ladera tendremos una bonita panorámica de la llanura que acabamos de recorrer. Hasta se ve la catedral de Saint Bertrand de Comminges al fondo.

Desde la ladera tendremos una bonita panorámica de la llanura que acabamos de recorrer. Hasta se ve la catedral de Saint Bertrand de Comminges al fondo. / Emilio J. de los Santos

Continúa el ascenso por caminos bastantes cómodos en general y siempre entre una densa arboleda. Por aquí iremos siguiendo el GR 65 (Vía Podiensis). Ojo en ciertas bifurcaciones a las marcas del gran recorrido, especialmente en un giro muy cerrado a la derecha que da aproximadamente a un kilómetro de la pradera de Gès, en el paraje de Les Paloumères.

La pradera de Gès, a medio camino de la primera subida. La pradera de Gès, a medio camino de la primera subida.

La pradera de Gès, a medio camino de la primera subida. / Emilio J. de los Santos

El objetivo de la subida es el Paso de l'Ane a 974 metros de alto. No veremos nada especial al coronarlo, salvo el alivio de que el perfil se suaviza. Sin cambios notables en el paisaje, acabamos llegando a un claro con el refugio de San Martin, un punto tranquilo donde descansar un poco. Hemos recorrido hasta aquí 11,5 kilómetros. El sendero llega a continuación a una intersección en forma de T, vamos a la izquierda. Poco después veremos que la señalización nos da la opción visitar a la iglesia de Notre Dame du Bien, un antiguo lugar de meditación de peregrinos. El camino es claro.

Descenso hasta Génos por un hayedo precioso. Cuidado porque la bajada tiene tramos muy empinados. Descenso hasta Génos por un hayedo precioso. Cuidado porque la bajada tiene tramos muy empinados.

Descenso hasta Génos por un hayedo precioso. Cuidado porque la bajada tiene tramos muy empinados. / Emilio J. de los Santos

El descenso se acentúa cuando entremos en un hayedo. Precaución en este tramo porque hay partes bastante resbaladizas y la hojarasca oculta muchas veces dónde están las piedras. Perdemos 250 metros de altura en un kilómetro y medio. Posteriormente, llegamos a Génos, pequeño pueblo sin servicios que alberga una iglesia que también se llama Saint Roch, aunque esta tiene más valor que  la de Loures-Barousse: data del siglo X y está considerada monumento nacional.

En Génos, está la otra iglesia de Saint Roch. Esta tiene mucho más valor histórico que la anterior. En Génos, está la otra iglesia de Saint Roch. Esta tiene mucho más valor histórico que la anterior.

En Génos, está la otra iglesia de Saint Roch. Esta tiene mucho más valor histórico que la anterior. / Emilio J. de los Santos

Tomando la calle principal (carretera D9), seguimos en descenso hasta acceder a una pradera. Pero a los pocos metros volveremos a meternos en otra arboleda y, sin darnos cuenta, nos veremos en un estrecho desfiladero entre dos altas paredes de roca. Se practica mucho deporte por esta zona, como bien podremos apreciar por las pasarelas y lianas que cruzan el cañón por arriba.

Esta cruz marca el alto del Paso de Bouchet. Esta cruz marca el alto del Paso de Bouchet.

Esta cruz marca el alto del Paso de Bouchet. / Emilio J. de los Santos

Nos aguarda aún un pequeño repecho hasta el Paso de Bouchet. Es corto, aunque intenso. Una cruz junto a la carretera D9 marca el alto. Seguimos el arcén hacia la izquierda para pasar ante varias buitreras en las paredes de la montaña y llegar finalmente al lago glaciar de Saint Pé d'Ardet, ideal para hacer una parada, aunque la meta está ya a la vuelta de la esquina.

Iglesia de Saint Pierre, en Saint Pé d'Ardet. Iglesia de Saint Pierre, en Saint Pé d'Ardet.

Iglesia de Saint Pierre, en Saint Pé d'Ardet. / Emilio J. de los Santos

La localidad que pone punto final a esta primera etapa tiene mucho encanto. La iglesia de Saint Pierre, de estilo románico, data del siglo XI y ofrece unas vistas preciosas del camino que seguiremos el próximo día. También merece la pena recorrer sus bonitas calles. Este pequeño municipio llegó a tener una muralla... de hecho, mantiene aún algunos vestigios de ella, incluida su puerta principal. Por lo demás, Saint Pé d'Ardet tiene un par de restaurantes y varios sitios donde pernoctar.

Hacemos aquí la primera parada de esta Vía Arán-Pirineos. La etapa es realmente bonita y muy distraída, pero no es nada para lo que nos aguarda en las próximas jornadas. El paisaje irá mejorando a cada paso.

Perfil de la etapa Perfil de la etapa

Perfil de la etapa

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