Siempre bajo la alargada sombra de su recordada suegra, la princesa Diana, pero brillando con luz propia. El príncipe Guillermo de Inglaterra ha insistido varias veces en lo mucho que a su madre le hubiese gustado su esposa, la princesa Catalina, y lo que aplaudiría su papel dentro de la familia de Isabel II.

Tan presente tiene el duque de Cambridge a su progenitora en la figura de su compañera que incluso el anillo con el que pidió matrimonio a Catalina -cuando aún era Kate Middleton- perteneció al joyero de Lady Di. Es por todo esto por lo que el príncipe no pudo mostrarse más orgulloso con su mujer del brazo en la recepción diplomática de corbata blanca, el mayor acontecimiento que se celebra en el Palacio de Buckingham cada año y que tuvo lugar la pasada noche del martes con más de 1.500 invitados de 130 países.

En la cita, la duquesa de Cambridge lució por primera vez la tiara Cambridge Lover's Knot, la favorita de la princesa de Gales. La diadema fue el regalo de bodas de la reina Isabel II a la princesa Diana en 1981. Una bonita pieza de diseño neoclásico y elaborada con diamantes de talla brillante que por nombre y sentimiento parecía predestinada para la esposa del príncipe Guillermo.

La tiara, que fue creada en 1914 por encargo de la reina María, esposa del rey Jorge V, se llevó todo el protagonismo del look de Catalina, que repitió el vestido de Alexander McQueen que se puso en el 2013 para el mismo evento.

Articulo publicado por Gema Amil en los diarios del Grupo Joly