INVESTIGAR EN CÓRDOBA

Un estudio de la UCO alerta del potencial componente alérgico del naranjo

  • La investigación, realizada por el Grupo de Aerobiología de la Universidad de Córdoba, propone favorecer la diversidad en la planificación urbana

De izquierda a derecha, las investigadoras María José Velasco, Carmen Galán y Purificación Alcázar.

De izquierda a derecha, las investigadoras María José Velasco, Carmen Galán y Purificación Alcázar. / José Martínez

El naranjo, en concreto el polen de la flor del azahar, también produce alergia, aunque por el momento existen pocos estudios sobre esta reacción en las personas. Uno de ellos es el que lleva a cabo el Grupo de Aerobiología de la Universidad de Córdoba (UCO), el único que se centra en este tipo polínico y su posible repercusión sobre la población en Andalucía, y que  ha puesto en evidencia que el polen de la variedad Citrus “puede considerarse como potencialmente alergénico, sobre todo, en casos de proximidad a la fuente emisora”, según explican en el grupo, del que forman parte las investigadoras de la UCO Purificación Alcázar, María José Velasco y Carmen Galán, además del rector de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), Eugenio Domínguez.

El proyecto se puso en marcha en 2013 y, para ello, se llevó a cabo un muestro del 8 al 22 de abril de aquel año, fechas que coincidían con la floración del naranjo en Córdoba, ciudad en la que existen más de 16.000 árboles de este tipo. “Nuestra curiosidad se debió a la importancia del naranjo en los espacios verdes de la ciudad, ya que se trata de la especie más empleada”, aseguran en el grupo.

Para determinar esta alergia al naranjo el grupo utilizó cuatro captadores volumétricos tipo Hirts en diferentes puntos de la capital cordobesa a diferente altura y donde hay árboles plantados. En concreto, dos de ellos se ubicaron en el Campus Universitario de Rabanales –con funcionamiento durante las 24 horas del día-, otro en una parcela de cultivo y uno más en el Jardín de los Poetas, en pleno centro de la capital cordobesa. Según la información facilitada por el grupo, el captador consta de una bomba de succión que permite un caudal de 10 litros de aire por minuto, similar al volumen de inhalación de aire por el pulmón humano; el aire penetra por un orificio de entrada e impacta en una superficie cubierta de una sustancia adhesiva. Tras el muestreo, se prepararon en el laboratorio las muestras obtenidas para su observación al microscopio óptico.

Desde el punto de vista científico, el grupo detalla que los granos de polen de las plantas anemófilas (aquellas que transportan sus granos de polen por el aire) son aerodinámicos y los muestreos en el medio urbano se realizan a una altura suficiente para que no se encuentren con obstáculos y se pueda conocer el contenido de polen en el aire de la ciudad. Sin embargo, recuerda que el naranjo es una planta entomófila, es decir, se poliniza por insectos. Esta situación “provoca que sus granos de polen hayan desarrollado una serie de mecanismos (mayor tamaño, superficie ornamentada o sustancia pegajosa en la pared) que faciliten su adherencia al cuerpo de los insectos”. Por tanto, “su capacidad de dispersión es reducida, como se comprobó con los bajos niveles detectados con el captador localizado a mayor altitud".

La investigación recoge también que “cuando el número de árboles es muy elevado, como ocurre en muchas zonas de la ciudad de Córdoba, se pueden detectar niveles altos de este tipo de polen a altura humana, como ocurrió en el Jardín de los Poetas”.

El grupo de Aerobiología de la UCO considera que el hecho de que existan poco estudios sobre la alergia al naranjo “se debe a que la floración de esta especie coincide con la del plátano de sombra y gramíneas en Córdoba, unos de los principales causantes de alergia en nuestra ciudad”. Por ello, sostiene que “dado que las personas alérgicas suelen ser sensibles a granos de polen de diferentes plantas, la alergia al polen de naranjo puede pasar un poco desapercibida”. No obstante, señala también que los niveles de granos de polen de especies entomófilas detectados a mayor altitud son muy bajos” y, por eso, este equipo de investigación de la Universidad de Córdoba se decantó por el uso de captadores portátiles cercanos al foco de emisión y a menor altura para estudiar la exposición a la que se pueden encontrar algunas personas.

Así, una de las principales conclusiones de esta investigación es que “el polen de Citrus -de la flor de azahar-  puede considerarse como potencialmente alergénico, sobre todo en casos de proximidad a la fuente emisora”. Ante esta situación, el grupo considera necesario que “debería tenerse en cuenta para que las personas que noten sensibilidad tomen las medidas preventivas oportunas”. Indica también que la presencia de este árbol “no tiene por qué generar un problema especial” y recuerda que el problema en los espacios urbanos “surge cuando se utiliza la misma especie de forma sistemática”.

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