Las hermanas más famosas de las redes sociales hasta ahora han sido María Pombo y compañía, pero lo cierto es que esta semana bien podrían quitarles el puesto las monjas Clarisas de Belorado (Burgos).

Las hermanas han protagonizado una historia que sigue dando que hablar después de que ellas mismas comunicaran en su perfil de Instagram @tehagoluz que todos los papas tras Pío XII son herejes y, por lo tanto, toda la Iglesia Católica.

Además, anunciaron que a partir de ahora siguen a Pablo de Rojas Sánchez-Franco, un cura excomulgado en 2019, también conocido mediáticamente y fundador desde ese momento de lo que se denomina la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli.

Las trufas de las hermanas Clarisas de Belorado están consideradas un producto gourmet

El conflicto tiene su origen en los problemas económicos que atraviesan las hermanas para asumir los pagos del convento, y eso mismo es lo que apunta el vicario de la Diócesis de Vitoria, Carlos García, que las califica como "buenas personas que simplemente no podían hacer frente a los pagos del monasterio".

Su labor repostera

No obstante, y tras el revuelo mediático que ha provocado ríos de tinta y multitud de titulares en numerosos medios de comunicación, lo cierto es que el cometido diario de las mojas, además de rezar y encomendar su vida a Dios, es elaborar una serie de dulces artesanos y trufas cuyo precio se ha disparado tras lo sucedido esta semana.

Ya quisieran muchas marcas locales una campaña de marketing similar a la que están teniendo los dulces más cotizados de España, que ya tenían una reputada fama tras su participación en Madrid Fussion 2016.

Ellas mismas tienen una página web donde se pueden adquirir los productos y en la que explican que la receta se basa en una buena preparación del comienzo del proceso, en el bañado de chocolate adecuado, cuidando especialmente el acabado y el empaquetado para que sean distribuidos.

Las trufas

La joya de la corona son las trufas, y una caja tiene un precio de 55 euros, al igual que su versión más almendrada, que lleva por nombre roca, y que tiene el mismo precio de venta al público. Según han confirmado las hermanas, tienen este importe por el encarecimiento del cacao, al igual que ha ocurrido con otros productos gourmet, o el mismo aceite de oliva.

En definitiva, ellas mismas afirman en la web que su vida está consagrada a "contemplar al Señor Jesucristo, Pobre y Crucificado, uniéndonos a Él a través de la vida de oración, fraternidad y trabajo"; pero lo cierto es que tras tanto revuelo, aún queda saber cómo acabará una historia de fe, dulces, rebeldía y problemas económicos que debe esclarecer la Iglesia Católica, dado que podrían enfrentarse a una excomunión de seguir manteniendo esta postura, y al mismo tiempo, tendrían que abandonar el monasterio en el que viven.