Fútbol Sala

El gesto detrás de la Copa del Rey lograda por el Betis Futsal: "No creo en supersticiones, ni nunca he creído"

  • Manolo Piqueras retó a su suerte y a la del Betis Futsal con un gesto "peligroso" horas antes del inicio de la fase final de la Copa del Rey en la que su equipo salió campeón

  • El cierre murciano anotó dos goles en la final contra Jimbee Cartagena y convirtió su penalti en la tanda neutralizando la famosa cábala

Manolo Piqueras desafió a una de las grandes supersticiones antes de una final, y salió victorioso al desmitificar el relato. / RFEF

Uno de los integrantes más importantes de la plantilla del Betis Futsal, el cierre murciano Manuel Piqueras, dejó en las horas previas al inicio de la Final Four de la Copa del Rey una imagen que se convertiría en icónica horas después. El jugador, quien a la postre del torneo acabaría por ser campeón con un papel determinante, desafió una de las supersticiones por antonomasia antes de cualquier final.

En el vídeo anclado a la noticia, Piqueras está sentado frente al trofeo de la Copa del Rey junto a sus compañeros Raúl Jiménez y Lin mientras son entrevistados en el programa Suela Caramelo de la RFEF minutos antes de la semifinal contra Peñíscola. Uno de los entrevistados lanza la pregunta sobre si a alguno de ellos le impone tener la copa tan cerca y si son supersticiosos, a lo que Piqueras rápidamente responde: "No creo en las supersticiones, ni nunca he creído. Creo que lo que tenga que pasar, va a pasar".

Instantes después, el segundo de los entrevistadores le plantea la posibilidad de que podría quedar mal en caso de que la suerte no estuviera de su lado. Piqueras incluso se atreve a ir más allá y toca el trofeo dejando el histórico relato a la altura del betún.

Una mera anécdota que con la fortuna o no de su lado, acabó de la mejor manera posible para su club. El Betis Futsal como campeón de la Copa del Rey, estrenando las vitrinas de la sección y Piqueras como uno de los grandes protagonistas de la final anotando dos tantos en el tiempo reglamentario, y uno más en el inicio de la tanda de penaltis decisiva.

Un guion inmejorable en el que el primer capítulo hizo llevarse las manos a la cabeza a más de uno en el club, pero que convirtió en absurda una vez más esa creencia farragosa de tocar el trofeo antes de tiempo.

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