Huelva

Medio centenar de declaraciones y una testigo clave en el caso Mari Luz

  • El primer día del juicio se asistirá al careo entre los acusados Santiago y Rosa del Valle con la mujer del pederasta, Isabel García, que se ven después de casi tres años

La sala de vistas ubicada en la primera planta del Palacio de Justicia, que comparten por quincenas las secciones Primera y Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva, está reservada a partir del 16 de febrero por espacio de dos semanas, el tiempo que se prevé que dure el juicio contra los hermanos Santiago y Rosa del Valle por el asesinato y abuso sexual de la pequeña Mari Luz Cortés (este 13 de enero se cumplen tres años de la desaparición de la niña). Ayer, los tres magistrados que forman el tribunal, que preside Antonio Pontón, se reunía con las acusaciones (pública y particular) y las defensas para cerrar la organización de un juicio tan esperado como temido por la familia de la pequeña.

La mujer del pederasta, Isabel García, en libertad desde el pasado junio, abrirá la ronda de testigos y se verá las caras con su marido y su cuñada por primera vez desde marzo de 2008, cuando los tres miembros de la familia Del Valle fueron detenidos en Cuenca. A lo largo de la instrucción, García ha pasado de estar imputada a ser un testigo clave en el proceso, ya que a falta de pruebas científicas que incriminen al pederasta, las acusaciones se agarran a la declaración que ella hizo en sede policial en Cuenca y a la que posteriormente realizó en el juzgado instructor, donde sumó detalles de la tarde del 13 de enero de 2008, cuando la niña desapareció a pocos metros de su casa en El Torrejón.

Las cinco declaraciones de la familia Cortés que están inicialmente previstas, incluidas las de los padres, Juan José Cortés e Irene Suárez, (queda abierta la posibilidad de que las partes renuncien a estos testimonios), se practicarán en último lugar, incluso después de las periciales, a petición expresa del entorno de la niña.

En suma, pasarán por la sala alrededor de 50 personas, entre testigos y peritos, declaraciones que se agruparán no de forma cronológica sino por el contenido y el tiempo previsto de las mimas. Especial interés, al margen del careo entre Santiago del Valle, su hermana Rosa y su mujer, despiertan para el desarrollo de la vista los testimonios de los forenses, tanto de los que realizaron la autopsia como los que han examinado a los acusados, así como de los policías que los interrogaron y detuvieron.

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