La ciudad de Tarifa se convirtió ayer al mediodía en un pequeño oasis dentro del Campo de Gibraltar que permitió celebrar la procesión Pascual del Resucitado. La iglesia de San Mateo fue el templo que adentró el goteo de fieles, en este caso. Sobre la una del mediodía estaba prevista la salida del Resucitado, que sin titubear apareció en la puerta del templo pasados unos minutos.
La amenaza leve de lluvia provocó que se recortara el itinerario programado, aunque la procesión tenía prevista una duración de apenas una hora. Decenas de personas se concentraron a la puerta de la iglesia y vieron acelerar el paso del Cristo y el cortejo hacia su capilla con el acompañamiento musical de la banda municipal Pintor Manuel Reiné, siendo la imagen portada por parihuelas.
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