Cádiz

Problemas técnicos obligaron a un crucero a volverse al puerto de Cádiz horas después de zarpar

Ubicación exacta del Seven Seas Voyager a las doce y veinte de la mañana de este martes

Ubicación exacta del Seven Seas Voyager a las doce y veinte de la mañana de este martes

Casi todos los cruceristas que llegan a Cádiz a bordo de un crucero se van prometiéndose a sí mismos volver en cuanto puedan para dedicarle más tiempo a la ciudad y a la provincia del que permiten los fugaces cruceros que suelen contar con apenas diez horas de estancia en la ciudad durante sus atraques.

Pero los pasajeros del Seven Seas Voyager no se imaginaban que horas después de zarpar del puerto de Cádiz el domingo pasado, día 14, iban a volver a entrar por la bocana del Muelle gaditano.

Al parecer, según indican fuentes portuarias, las autoridades de abordo detectaron anomalías técnicas que les hizo temer por la integridad de los pasajeros. El problema no era peligroso pero sí podría provocar que el barco se quedara parado en su trayecto rumbo a Barcelona, que era su próxima escala.

El problema detectado "un problema de propulsión en una de sus turbinas". El problema posiblemente habría provocado un retraso en su marcha y que la llegada a Barcelona fuera algo más tarde de lo inicialmente planeado. 

Pero el comandante del Seven Seas Voyager, dada la cercanía que aún mantenía con respecto al puerto de Cádiz, tuvo la feliz idea de dar la vuelta al crucero y volverse para Cádiz para allí, con tranquilidad y con la seguridad que da el hecho de que el puerto gaditano cuente con un astillero a muy pocos metros de distancia.

El Seven Seas Voyager, atracado en el puerto de Cádiz El Seven Seas Voyager, atracado en el puerto de Cádiz

El Seven Seas Voyager, atracado en el puerto de Cádiz / Julio González (Cádiz)

Y así fue, ya que el crucero salió de Cádiz a las seis de la tarde en punto y se vio obligado a retornar a la dársena comercial gaditana la misma noche del domingo. Una vez en Cádiz y a buen recaudo, la tranquilidad retornó tanto a la tripulación como a los pasajeros que aún no se explicaban qué estaba ocurriendo y qué había motivado esa repentina vuelta al lugar de partida, por mucho que tuvieran claro que a Cádiz querían volver, pero en otras circunstancias.

Este problema con la propulsión de una de sus turbinas hizo que el Seven Seas Voyager tuviera que hacer noche en Cádiz pero a primeras horas de la mañana del lunes, una vez solucionados todos los problemas técnicos y sin tener, ni siquiera, que entrar en el astillero de Cádiz de Navantia, el buque de la naviera Regent zarpó de nuevo y puso proa rumbo a Barcelona, donde debería haber llegado este martes pasado.

El problema técnico ha conllevado un inevitable retraso y, según indican las aplicaciones existentes en la web para localizar los buques, el Seven Seas Voyager se encuentra ya, ahora mismo, a las doce y diez de la mañana de este miércoles avistando el Muelle de Barcelona, con una anécdota más que contar sobre este viaje.

Los que sí no parecen estar tan felices con lo ocurrido son los pasajeros que tenían que haber embarcado el martes en Barcelona en este crucero para iniciar un nuevo trayecto. Allí se quedaron con las maletas preparadas y, muchos de ellos se han visto forzados a reservar una noche más de hotel para pasar la noche del martes al miércoles, que ellos ya pensaban que iban a pasar en el interior de una de las cabinas de este gigantesco barco de la naviera Regent.

Al parecer, son muchas las quejas que circulan por las redes sociales debido a este retraso de un día provocado por esta anomalía técnica ya que ha descolocado los planes de muchos cruceristas: tanto de los que deberían haber llegado y desembarcado en Barcelona como de los que deberían haber embarcado este lunes a bordo del Voyager.

La naviera parece que ya se ha hecho cargo de la situación y que será  la compañía quien afronte los gastos que pueda ocasionar este problema que provocó la doble visita obligada a Cádiz. De todas maneras, las navieras suelen tener recursos para contentar rápidamente a los pasajeros, no sólo haciéndose cargo de los gastos extras que supongan sino con regalos de excursiones, cheques de dinero para gastar a bordo o recursos similares que harán olvidar pronto a estos cruceristas lo ocurrido.

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