El Córdoba CF cayó en su visita al Recreativo Granada con estrépito, en uno de los peores partidos de la temporada para los blanquiverdes, que jugaron sin actitud y la tensión necesaria ante un filial ya liberado de presiones clasificatorias y con ganas de gustarse.

Los cambios en el once inicial y los resultados de los rivales directos desnaturalizaron un partido en el que el conjunto blanquiverde dejó ver carencias preocupantes ahora que el momento cumbre de la temporada se acerca.

Así jugaron, uno por uno, los jugadores de Córdoba CF ante el Recreativo Granada

CARLOS MARÍN. Impotente. Poco pudo hacer, ante la nula tensión defensiva de sus compañeros, para evitar los goles del Recreativo Granada, que cayeron uno tras otro hasta un 3-0 sonrojante para la afición blanquiverde que se desplazó a Los Cármenes.

IVÁN RODRÍGUEZ. Retratado. Partiendo de la base de que no es fácil rendir a gran nivel con tan pocos minutos en las piernas, el malagueño dejó clara la diferencia de nivel que hay entre él y Albarrán. Su carril fue un chollo para el Recreativo Granada.

LAPEÑA. Contemplativo. El riojano no estuvo tensionado y se le notó en su actuación. Faye le generó constantes problemas y la movilidad de Pablo Sáenz también le provocó más de un dolor de cabeza. Muy discreto en Los Cármenes.

MARTÍNEZ. Tocado. Un partido más que decente del central onubense, que sin embargo se marchó sustituido en los minutos finales con algún problema físico que le puede acarrear una nueva convalecencia en las próximas semanas.

CALDERÓN. Despistado. En el tono colectivo de su equipo, el sevillano hizo sin duda su peor partido de la temporada. Blando en defensa, sin tensión en las vigilancias e inoperante en ataque, completando una actuación para olvidar.

ISMA RUIZ. Superado. Perdió la batalla en la medular de manera clara, sobre todo por la negligente presión de su equipo, lo que obligó al granadino a hacer esfuerzos constantes en el repliegue que de poco sirvieron. Echó de menos a Diarra.

ÁLEX SALA. Desconectado. El mediocentro barcelonés volvió al once inicial y no se ganó la continuidad en el mismo. Pérdidas constantes, poco nervio a la hora de replegar y espesura a la hora de tomar decisiones fueron la constantes en su partido.

CARRACEDO. Fallón. De nuevo fue el argumento ofensivo más utilizado de su equipo, aunque volvió a mostrar una imprecisión desesperante a la hora de finalizar jugadas. Da la sensación de que llega al tramo final de liga lejos de su mejor versión.

KUKI ZALAZAR. Voluntarioso. Fue el único jugador del ataque blanquiverde del que se puede decir que hizo un partido decente. Intentó aglutinar el juego y canalizar las acciones de ataque de los suyos y tuvo una gran ocasión de gol que se le marchó por muy poco.

SIMO. Intrascendente. Un partido más en el que el extremo hispano-marroquí pasa sin pena ni gloria, pese a tener la primera ocasión de su equipo en el arranque del encuentro. Entró poco en juego y cuando lo hizo no encontró el camino correcto.

CASAS. Tocado. Un encontronazo con Óscar le costó el cambio al notar molestias en un costado, fruto del golpe. Discreta actuación del rambleño, que tuvo un par de remates en el primer tiempo pero que no llegó a encontrar portería.

TORIL. Inoperante. Tuvo media hora tras relevar a Antonio Casas pero apenas entró en juego, ya que su equipo no cargó el área del Recreativo Granada en todo ese tramo del encuentro. Su presencia fue meramente anecdótica.

KIKE MÁRQUEZ. Diluido. Minutos de intrascendencia del capitán, que sigue marcando un perfil bajo en sus últimas actuaciones. Su repliegue a medio gas en el segundo gol de los nazaríes tampoco ayuda a valorar su actuación positivamente.

ADILSON MENDES. Desconectado. No entró en juego en ningún momento, haciendo de la banda izquierda del Córdoba CF una vía desaprovechada durante todo el partido. Dio la sensación que la suplencia lo dejó fuera mentalmente del choque.

DIARRA. A destiempo. Cuando Iván Ania tiró de él ya era tarde y el Recreativo Granada había cogido las riendas del partido. Lo mejor que se puede decir del maliense es que su equipo notó (y mucho) su ausencia en el once titular.

CARLOS GARCÍA. Lento. Entró en los minutos finales, ya casi sin tiempo para destacar, pero acabó haciéndolo de manera negativa por su poca contundencia en la jugada que terminó con el gol de Lassina, el del 3-0 final.