Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

La sinfonía politonal del alcalde

El caso es que el alcalde cuando da el do de pecho es cuando se pone poético. Qué bonito, hijo

Como norma general nunca leo los artículos de los políticos porque son de un aburrido que asusta. Todos autocomplacientes , con críticas a los adversarios y elogios a la acción propia, todos destinados a convencernos de lo fantástico que es el firmante y lo conveniente que nos resulta que siga ocupando un puesto de responsabilidad o que lo elijamos para otra mayor. Élites extractivas de rentas. Artículos llenos de rollos patateros incluido el desdoblamiento feminista políticamente correcto, de espacios comunes, solemnidades y engolamiento. Sirven para que el firmante se sienta satisfecho , sus adeptos le adulen y sus críticos más feroces (la mayor parte de las veces los de su propio partido a escondidas) le critiquen. Aún en contra de mi costumbre me leí íntegro el babetón de José María González que ocupaba entera la página 8 del Diario de Cádiz de ayer. Lo de costumbre: qué malo fue el PP que nos dejó mucha deuda y dilapidó el dinero público, qué malo es el PSOE porque la Junta de Andalucía tiene abandonada la ciudad y qué buenos son los de Podemos porque están cambiando Cádiz a pesar de las dificultades. Palabrería. Manifiestos, escritos, comentarios, discursos, humaredas perdidas, neblinas estampadas ¡qué dolor de papeles que ha de llevarse el viento, qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua! , como escribió Alberti. Totá, pa ná, que dirían en el barrio de La Viña, donde recuerda el alcalde que vive cada vez que puede, incluso con motivo de la reparación de su telefonillo. Por cierto: ¿la gente del Barrio de La Viña usa pajarita? Digo salvo los maitres de los restaurantes porque los camareros como mucho los calcetines que vendía El Peña. Nada dice el alcalde en su artículo sobre sus asesores condenados por estafa, el dimitido concejal de Limpieza ni de las promesas incumplidas.

El caso es que el alcalde cuando da el do de pecho, perdón por el juego de palabras, es cuando se pone poético, cuando hace el contraalto de la comparsa en el momento álgido del pasodoble, cuando sube el tono para que vemos qué bien canta. Qué bonito hijo. La habitación del ruido es una metáfora oscura pero me encantó lo de la sinfonía politonal. Todo un hallazgo. Es genial que vaya a ir a la calle para evitar a los malvados medios de comunicación que tanto le odian porque les ha reducido la publicidad(salvo al blog El Tercer Puente, de Paco Cano, y a la web Público donde escribe su jefe de gabinete). El líder en comunicación directa con su pueblo

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