Sucesos

Crimen de Huétor Tájar: uno de los niños murió por un disparo en la espalda y el otro asfixiado

Crimen de Huétor Tájar: uno de los niños murió por un disparo en la espalda y el otro asfixiado

Crimen de Huétor Tájar: uno de los niños murió por un disparo en la espalda y el otro asfixiado / Antonio L. Juárez / Photographerssports

El informe preliminar de las autopsias practicadas a los hermanos de 10 y 12 años asesinados por su abuelo, que se suicidó después de atrincherarse con ellos durante toda una noche en su casa de Huétor Tájar, establece que uno de ellos murió por disparo en la espalda o el costado y el otro por asfixia. Según han informado a Efe fuentes próximas a la investigación, aún falta el informe definitivo y el toxicológico. Esta información se hace pública a pesar de que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Loja, encargado de las diligencias judiciales abiertas por la muerte de los dos hermanos menores de edad a manos de su abuelo materno, acordara declarar secreta la investigación por el plazo de un mes.

La autopsia practicada a los tres cuerpos en el Instituto de Medicina Legal de Granada ha concluido poco después de las 15:00 horas de este lunes, apuntan estas mismas fuentes. Lo que aún no se ha conocido en este informe preliminar son las horas de los fallecimientos de los dos menores, una de las cuestiones que quedan pendientes para determinar el relato de los acontecimientos, ya que durante horas no hubo comunicación entre el abuelo, el presunto asesino, y los negociadores de la Guardia Civil.

El resultado preliminar se conoce justo después de que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Loja haya acordado este martes declarar secreta durante un mes la investigación sobre estos hechos, que ocurrieron ayer lunes cuando un hombre de 72 años mató en su vivienda de Huétor Tájar a sus dos nietos, de 10 y 12 años, antes de suicidarse con una escopeta de caza tras haber permanecido toda la noche anterior atrincherado con ellos.

Ahora, se está a la espera de que se conozca la fecha del sepelio de los dos menores, que presumiblemente tendrá lugar este miércoles en la localidad hueteña. Un entierro al que quiere ir el padre de los niños, a pesar de que seguía, al menos hasta la tarde de este martes, ingresado en un hospital de la capital granadina, según ha confirmado fuentes sanitarias.

Según apuntó ayer el alcalde de la localidad, Fernando Delgado, el progenitor estaba "sedado y bajo vigilancia sanitaria" desde que conoció el trágico desenlace de los hechos.  El día después en Huétor Tájar se levantó con normalidad aunque aún pesa en el ambiente la tragedia vivida en las últimas horas, culminada el lunes por la tarde con el multitudinario minuto de silencio frente a las puertas del Ayuntamiento. A esta hora aún se desconoce cuándo será el entierro de los dos menores y del abuelo, aunque muchos vecinos están prácticamente pidiendo que se haga de forma separada.

En todo caso, según fuentes de la Guardia Civil, se espera que se puedan conocer de forma definitiva los resultados autopsias a los tres cadáveres. Del análisis de los cuerpos se podrá derivar a la investigación algunas de las preguntas aún sin responder, principalmente la hora de la muerte de los menores, ya que la teoría con la que trabaja la Guardia Civil es que el abuelo se habría quitado la vida horas después de matar a los niños. La versión oficial es que el hombre, de 72 años, se quitó la vida cuando los agentes del Instituto Armado entraron en el inmueble.

El hombre había abandonado la vivienda en la que se produjeron los hechos en la calle Alfredo Nobel poco antes de las diez de la noche del domingo cuando el abuelo sacó una escopeta, y donde algunas fuentes apuntan a que incluso encañonó al padre, con quien había tenido una discusión, según el relato ofrecido por el delegado del Gobierno en Andalucía este pasado lunes.

En esta versión oficial, se añade que hasta Huétor Tájar se desplazaron los agentes de la Guardia Civil acompañados de un mediador que estuvo en contacto con el abuelo "de manera casi permanente a modo de negociar la solución al conflicto", según el delegado. El hombre portaba en todo momento una escopeta de caza con la que llegó a hacer dos disparos al aire desde la ventana cuando llegaron los guardias civiles para advertir de que estaba armado. La Benemérita activó el protocolo y hasta allí se desplazó la Unidad Especial de Intervención junto a otro negociador que tomó el relevo del anterior y que estuvo negociando "pacíficamente".

La negociación se mantuvo hasta las cinco de la madrugada, cuando el abuelo anunció que iban a dejar de hablar porque pronto tendría que preparar a los dos niños para ir al colegio. En ese momento, "se confía plenamente" en las palabras del anciano y se espera a que los nietos salgan pero al llegar las ocho de la mañana y no producirse este hecho, los agentes se prepararon para entrar en la casa, algo que sucedió media hora más tarde. Ahí, los agentes descubrieron el fatal desenlace del suceso.

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