Último miércoles de agosto. Un año más, y ya van 69. Es la fiesta española más divulgada junto a los sanfermines. Hoy es la Tomatina de Buñol, un festejo bien simple, a tomatazo limpio con el vecino, que se ha convertido en una de las principales señas de identidad españolas. Las fotografías de testigos de todo el mundo inundan internet por su potencia visual.

Todo comenzó en 1945 cuando un grupo de jóvenes en esta población valenciana intentaba hacerse un hueco en el desfile de gigantes y cabezudos, con la caída de uno de ellos que, preso de su rabia, comenzó a lanzar las verduras de un puesto. Así que cuidado, que como un día se desesperen por por llegar a la primera fila en un concierto.

La emisión en 1983 de un reportaje realizado por Javier Basilio sobre esta particular costumbre local en Informe Semanal llevó a la riada roja a la cima, nombrada en 2002 Fiesta de Interés Turístico Internacional. Tan internacional que japoneses, coreanos (que ya tienen su propia versión) e incluso la industria hollywoodiense, los reyes del ingenio, se muestran anonadados con la batalla. Una productora de Los Ángeles ha solicitado permiso hoy para grabar una escena para "una potente película", aunque no han desvelado cuál. A principios de julio se celebró en Corea del Sur la Splash Wars y en Japón, el recinto de atracciones Parque España alberga un gran rincón sobre la batalla de tomates más famosa.