Fernando Pérez Ávila 

Un ciclista de 21 años permanece en estado crítico después del gravísimo accidente que sufrió ayer en la avenida de Portugal, frente a la puerta de Capitanía. El joven, identificado mediante las iniciales J. L. G. C. C., se empotró contra un turismo que estaba parado en un semáforo. Rompió con la cabeza la luna trasera del coche, un Mercedes Clase R, y una de las esquirlas del cristal le seccionó el cuello. El corte le afectó la yugular y perdió una gran cantidad de sangre, tanto que entró en parada cardiaca.

El siniestro se produjo sobre la una de la tarde. El turismo estaba parado en el semáforo de la intersección de la avenida de Portugal con la calle Diego de Riaño, hacia a la que iba a girar a la izquierda. Los carriles hacia el frente, hacia la avenida de la Borbolla, estaban abiertos. El ciclista iba de frente pero no se percató, por causas que se están investigando, de que iba circulando por el carril de la izquierda y de que había un coche parado en el semáforo, esperando para realizar el giro. El ciclista iba sin casco, circulando por la calzada con una bicicleta de carretera, un modelo antiguo pero capaz de alcanzar una velocidad elevada. 

En el impacto, sufrió un politraumatismo craneoencefálico, pero lo que de verdad le causó un daño muy grave fue el corte en el cuello, muy profundo y que le hizo perder mucha sangre en cuestión de segundos. A la hora de cierre de esta edición, permanecía debatiéndose entre la vida y la muerte en el Hospital Virgen del Rocío. Si logra salvar la vida, será gracias a la rápida intervención de dos policías nacionales y de unos médicos militares de Capitanía, que lo atendieron in situ, así como al trabajo de los servicios de emergencias sanitarias del 061. 

Los dos policías nacionales, de la unidad de Caballería, regresaban hacia el lugar donde estaba aparcado el camión de la unidad, después de patrullar por el centro con sus caballos. Vieron pasar al ciclista y oyeron el impacto, se dirigieron hacia el lugar del siniestro y preguntaron en Capitanía si había algún médico. Primero salió un auxiliar y luego dos médicos, que comprimieron la hemorragia hasta que llegó el 061.

Este servicio desplazó dos unidades y montó un hospital de campaña. Los profesionales sanitarios aislaron la vía aérea con intubación para ventilación mecánica, taponaron la hemorragia con un polímero llamado Celox, especial para grandes heridas, le practicaron la reanimación cardiopulmonar y le devolvieron la frecuencia cardiaca. Una vez estabilizado, fue trasladado hasta el hospital.