España ha crecido un 0,7% del PIB en este último trimestre, tenemos cerca de veintiún millones de trabajadores, las pensiones se han revalorizado, alrededor de ocho millones de movilizaciones se han producido en este último puente de mayo, la hostelería y hospedería continúa señalando su mejor época a pesar de las constantes subidas de precios y la banca sigue su estela de marcar récords de beneficios.

Con estos resultados económicos, ¿está España situada en el peligro que denuncia la oposición del Partido Popular, que España rota? ¿De verdad los ciudadanos de este país vivimos en la España que nos describen los partidos de bronca en bronca?

Evidentemente no. Denunciaba hace unos días el ministro de Economía español que en el tiempo que lleva en su cargo todavía la oposición no le ha preguntado, en la sesión de control en el Congreso, sobre la marcha de la economía española. Esto es una muestra del interés por la gobernabilidad que tiene la oposición o por decirlo de otra forma, la oposición tiene que estar muy conforme con los resultados de la economía y por consiguiente por la marcha de nuestro país.

Entonces, ¿por qué esta bronca, porqué esta sucia política? Pues simplemente porque la oposición, en este caso el PP, no reconoce la legitimidad del actual gobierno. Y mientras no se reconozca que el gobierno es legítimo, que te podrá gustar más o menos pero que es legítimo, la política española no recuperará la cordura. Y este es el problema. Cada vez que está el Partido Popular en la oposición convierte la política de este país en un barrizal, en una guerra sucia de deslegitimar al gobierno.

Fíjense ustedes que declaraba hace unos días el Sr. Feijóo, después del descanso del presidente Sánchez, que España necesitaba un gobierno democrático. Es decir, que si no gobiernan ellos no hay democracia. Como se puede afirmar tamaña barbaridad, esto es inconcebible. España es una democracia consolidada, con peso en las instituciones europeas y un político líder, con permiso de Ayuso, de la oposición no lo puede poner en duda. Y también el gobierno actual tiene que cambiar su actitud.

Creo que, después del descanso no aclarado del presidente Sánchez, es necesario hacer una reflexión en común para parar esto. Lo que está sucediendo en España tiene que parar y somos los ciudadanos los que tenemos que forzar la máquina para parar la suciedad que se está derramando por la política española. Todos, políticos, medios de comunicación, Poder Judicial, tienen que reflexionar y recuperar la cordura porque todos tienen que saber que los gobiernos se construyen con los votos de los ciudadanos y no con las mentiras. Hay que resetear la política si queremos salvar la democracia.

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