La opinión invitada

Las Gestión Integrada de Plagas, una cadena de valor para la agricultura

  • Entra en vigor una nueva normativa.

Desde 2002, la CE viene trabajando en un programa de acción comunitario en materia de medio ambiente con el objetivo de crear un marco jurídico para un uso sostenible de fitosanitarios, teniendo en cuenta el enfoque cautelar y preventivo.

Así surge la directiva europea de 2009 que tuvo su transposición en un real decreto, donde se estableció el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios.

El día 1 de enero de 2014 entró en vigor la aplicación de esta normativa de Gestión Integrada de Plagas, y que deberá ser aplicada por todas las explotaciones agrícolas.

Los objetivos no son otros que reducir los riesgos y la dependencia de los fitosanitarios y minimizar los efectos en la salud humana y el medio ambiente, además de fomentar el desarrollo de la Gestión Integrada de Plagas (GIP).

Pero, ¿qué es Gestión Integrada de Plagas (GIP)? GIP es una estrategia de control de plagas, enfermedades y malas hierbas, que consiste básicamente en la aplicación racional de una combinación de medidas ya sean biológicas, biotecnológica, químicas, culturales o de mejora vegetal, de modo que la utilización de productos fitosanitarios se limiten al mínimo necesario.

Además, pone énfasis en conseguir el desarrollo de cultivos sanos con la mínima alteración posible del agro ecosistema y en la promoción de los mecanismos naturales de control de plagas.

¿Cuándo necesito usar un producto fitosanitario? Siempre que sea necesario, basándonos en los principios fundamentales de la gestión integrada de plagas antes descritos.

Cuando se planifica la producción de un cultivo, es cuando se debe iniciar la GIP. Para ello es fundamental conocer los posibles problemas fitopatológicos, evaluar su posible incidencia, valorar los niveles aceptables y conocer todas las herramientas disponibles.

Actualmente, en Andalucía, y gracias al esfuerzo que se ha estado haciendo en la mejora de la calidad y seguridad alimentaria, todas las explotaciones que ya están acogidas a los sistemas de producción ecológica, producción integrada, sistemas de certificación de calidad o Atrias (Agrupaciones para el Tratamiento Integrado en Agricultura), ya cumplen con estos principios de GIP.

A partir de ahora serán el resto de las explotaciones que no estén integradas en estos sistemas las que tienen que aplicar los principios de GIP, basándose en las guías de cultivos en GIP y aquellas que no estén clasificadas como de "bajo riesgo", las que deberán solicitar el asesoramiento técnico y profesional de un asesor en GIP.

El asesor será un profesional que ha adquirido unos conocimientos de formación adecuados, asesora sobre la gestión integrada de plagas y el uso seguro de los productos fitosanitarios a título profesional, tiene acreditada su condición de asesor ante la comunidad autónoma y está inscrito en el Registro Oficial de Productores y Operadores, ROPO.

Y por último, qué tipo de explotaciones se consideran de bajo riesgo o de baja utilización de productos fitosanitarios según el real decreto:

Cereales. Todos los cereales excepto el arroz están exentos de asesor, aunque deben basarse en las guías de cultivo en GIP y registrar en el cuaderno de Explotación las aplicaciones fitosanitarias.

Girasol

Exento de asesor, aunque deben basarse en las guías de cultivo en GIP y registrar en el Cuaderno de Explotación las aplicaciones fitosanitarias.

Olivar

Todas las explotaciones con más de cinco hectáreas, ya sean de regadío o secano, como de aceituna de mesa o almazara, deben contar con un asesor en GIP, basarse en las guías de cultivo en GIP y registrar en el Cuaderno de Explotación las aplicaciones fitosanitarias.

Patatas

Todas las explotaciones con más de cinco hectáreas deben contar con un asesor en GIP, basarse en las guías de cultivo en GIP y registrar en el Cuaderno de Explotación las aplicaciones fitosanitarias.

Viñedo

Todas las explotaciones con más de 2 hectáreas, en uva de masa y 5 hectáreas en uva de transformación, deben contar con un asesor en GIP, basarse en las guías de cultivo en GIP y registrar en el Cuaderno de Explotación las aplicaciones fitosanitarias.

Cítricos y Frutales

Todas las explotaciones con más de 2 hectáreas, deben contar con un asesor en GIP, basarse en las guías de cultivo en GIP y registrar en el Cuaderno de Explotación las aplicaciones fitosanitarias.

Conseguir estos objetivos es una labor de todos y nos debe servir como un valor añadido más a nuestros productos agrícolas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios