La Escuela de Atletismo de Tomares se ha convertido en un motor de excelencia deportiva. Hasta 23 medallas consiguió en el pasado Campeonato Provincial infantil y cadete disputado recientemente en La Cartuja. Más podios que ninguna otra escuela, lo que sitúa a los tomareños a la cabeza en número de medallas conseguidas en este torneo: nueve oros, ocho platas y seis bronces, un gran logro teniendo en cuenta que participaron un total de 20 atletas de la localidad aljarafeña.

La atleta profesional Laura Real, entrenadora de la Escuela de Tomares, que cuenta en la actualidad con 100 alumnos, asegura que "la constancia, seguir buenos hábitos de calentamiento y estiramiento, y la técnica de carrera para evitar lesiones" son principios fundamentales a seguir en las clases para conseguir subirse al podium en las competiciones.

Es una filosofía que le ha acompañado a lo largo de su trayectoria profesional, en la que comenzó con siete años en Tomares hasta conseguir 10 medallas en el ámbito nacional y mínima para los Mundiales en la prueba de velocidad.

En un momento en el que el atletismo de elite en España está en horas bajas, Real vuelca su intacta ilusión por el deporte más antiguo del mundo en los más pequeños. "Intento hacer grupos, que creen pandillas por edades para que el ambiente sea cómodo en las clases, para que no se aburran y duren el mayor tiempo posible en la escuela", admite.

Laura hace de psicóloga con algunos alumnos, "o de segunda madre", ya que los 15 años de edad son muy difíciles. "Te piden consejo sobre temas que no te esperas. Hay algunos a los que oriento sobre lo que van a estudiar de mayores. De hecho, trato de buscar la relación amiga-madre", expresa la entrenadora, que intenta educar a los niños y hacerles ver que están metidos en un mundo deportivo en el que impera un ambiente sano, lejos de posibles vicios. "Ellos cuidan su alimentación y sólo vamos al McDonald's si conseguimos un éxito deportivo", concluye Real.

Los benjamines entrenan una hora dos días a la semana y los alevines, tres días, mientras que los infantiles y los cadetes suben a cuatro o cinco jornadas por semana. Todo un maratón para la gente menuda.