A Kristaps Porzingis le ha cambiado bastante la vida quizás desde que le saliera un partido redondo en la cancha del Real Madrid (20 puntos en 20 minutos... y eliminado por faltas). El talentoso letón, a días de cumplir 19 años, ha variado su calendario desde que terminara la campaña en Sevilla, donde le quedan varias temporadas aún de contrato, pese a que los visos indican que en 2015 a lo sumo haré el petate, pasando por caja quien lo quiera, por supuesto.

El ala-pívot báltico, ojito derecho de Aíto García Reneses, trocó sus planes estivales, renunciando a la selección letona, al menos para el Europeo sub 20 y la previsión es que también falte a la absoluta, para realizar trabajo individual de tecnificación en su país. A comienzos de esta semana se dirigió a Las Vegas para ejecutar entrenamientos privados, junto a otros jugadores, bajo la atenta mirada de los ojeadores de las franquicias de la NBA.

La anterior directiva del club sevillano no le había dado permiso para viajar a Estados Unidos y exponerse no tanto a una lesión -quienes van lo hacen asegurados- sino a la exhibición pública que podía alterar, según entendían tanto Llaneza como Aíto, el discurrir natural de un jugador que aún no ha llegado a la veintena. No obstante, la nueva cúpula sí vio con buenos ojos que se marchara y probara allí.

En cualquier caso, la afición del Baloncesto Sevilla no tiene nada que temer y el cuatro letón, a quien se le notan las horas de gimnasio de este verano, permanecerá en San Pablo durante el próximo curso, según confirmaron ayer fuentes de su agencia de representación, U1st. "Sólo ha ido a Estados Unidos a entrenar, a trabajar, pero no bajo la supervisión de una franquicia en concreto. Jugará en Sevilla, de eso no hay duda", comentó uno de los apoderados de Porzingis.

Dicha empresa también lleva los asuntos de Willy Hernangómez, aunque en dicho caso poco pudo avanzar: "Hay que ver qué decisión toma el Real Madrid, si cuenta o no con él, y si lo cede, dónde irá a jugar", apuntó.