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Carencias muy bien definidas

  • La falta de músculo y referentes ofensivos, más allá de Nachbar y Bamforth, problemas evidentes.

Sólo las victorias dan tranquilidad en el deporte profesional. Tropezar siempre es un problema, aunque depende mucho del cómo y del rival. El Bilbao Básket, sin Hervelle, aprovechó en Sevilla sus virtudes para llevarse el triunfo dejando al descubierto unas carencias del cuadro hispalense que ya se advertían desde el verano.

La falta de músculo es un problema. James sacó provecho de ello en la pintura pese a su menor talla frente a Slokar y Balvin, incapaces de crearse por sí solos lanzamientos (0/4 el esloveno y 1/3 el checo) o sacar faltas de tiro (una entre los dos en todo el choque), mientras que Mumbrú hizo lo propio ante Berni Rodríguez, Henton, Alfonso Sánchez o quien se le pusiera por delante. Oriola es uno de esos jugadores que parece capaz de imprimir garra al juego interior cajista, pero la apuesta por el catalán suele implicar dejar fuera a Nachbar, un lujo que hoy por hoy los de Luis Casimiro no se pueden permitir en exceso porque sin el esloveno en pista la producción ofensiva baja sobremanera.

Y es que los puntos del ex azulgrana se echaron en falta el domingo. También los de Bamforth. El equipo necesita que entre los dos sumen alrededor de 30 puntos. Ocurrió ante el UCAM, y el conjunto andaluz mantuvo opciones hasta el final. También ante el Fuenlabrada y el Unicaja, encuentros que se saldaron con victorias cajistas. Frente al cuadro vizcaíno apenas aportaron 14 puntos (siete cada uno), una cifra que, pese a que secundarios en esta faceta como Anderson, Miljenovic u Oriola produjeron por encima de su media, es insuficiente para que el tercer peor ataque de toda la Liga pueda hacer algo si la defensa no funciona contra el sexto mejor ataque de la ACB.

No en vano, atrás sigue habiendo un problema. El CB Sevilla es la segunda peor defensa con 85 puntos de promedio encajados. Sólo está peor el rival del próximo fin de semana, el Gipuzkoa, que recibe más de 88 por partido, por lo que si en el aro rival los de Luis Casimiro no tienen el día para imponer un encuentro de intercambio de golpes, lo normal es sufrir.

Con todo, hay motivos para creer, como el hecho de ser capaz de reaccionar ante un Bilbao que en el segundo cuarto ganaba por 18 puntos y que en el tercero llegó a estar por detrás en el marcador. Además, la clase de Nachbar y Bamforth da para ganar partidos en una Liga con un escalón tan grande entre los equipos de arriba y los de abajo, ya que no hay clase media;. Mientras, jugadores nuevos como Anderson se van entonando poco a poco, pese a que sigue sin adaptar su juego de bote a lo que exige la ACB en cuestiones de dirección y mando a un base, y también Miljenovic empieza a sumar más que restar.

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