Deportes

Negociando a contrarreloj

  • Torrot, el Betis y alguno más siguen en la mesa, pero el tiempo se agota.

No sólo los Alejandro Valverde, Nairo Quintana o Chris Froome pelean contra el crono. A contrarreloj vive el Baloncesto Sevilla, que trata de sobrevivir y pelear por mantener vivos más de 29 años de historia, a sus aficionados, escuelas bases y trabajadores sin apenas margen. El día 20 de julio, en primera convocatoria, la Junta General Extraordinaria de Accionistas podría poner fin a su existencia, pese a que hay grupos aún interesados en hacerse con el paquete mayoritario de acciones. Los problemas son dos: el tiempo, pues el miércoles está a la vuelta de la esquina, y llegar a un acuerdo intermedio en las pretensiones de un dueño que, todo hay que decirlo, ha invertido muchos millones en los últimos años permitiendo que el club hispalense, al contrario que otros en la ACB, no tenga deudas a día de hoy.

Torrot sigue sentado en la mesa con su proyecto deportivo y empresarial para la ciudad. Estos últimos días ha seguido manteniendo negociaciones con el propietario del club. El interés sigue, pero se le pide un paso más adelante. Lo mismo ocurre con el Betis. Ángel Haro, presidente de la entidad heliopolitana, ya mostró el interés del club verdiblanco en hacerle llegar una propuesta (que va más allá de poner su marca y nombre) que debe concretarse a principios de semana, pero se topa con uno de los problemas anteriormente mencionados: el tiempo.

Es verdad que el dueño ya anticipó el verano pasado que al final de esta temporada acababa su vinculación como propietario, aunque seguiría como patrocinador en caso de que llegara un comprador. Hay algún grupo más interesado, pero en España, un país en el que es normal llegar tarde a todos sitios por costumbre, el tiempo es fundamental y por ello el Baloncesto Sevilla necesita que haya vida más allá del 20 o el 21 de julio (segunda convocatoria de la Junta General Extraordinaria de Accionistas).

Además del ya mencionado Torrot, que podría ir incluso de la mano del Betis -igualmente necesitarían tiempo para hablar entre ellos-, hay otros grupos interesados. Bien es cierto que las pretensiones de algunos son inviables, ya que quieren figurar sin arriesgar. Otros, sin embargo, sí que han mostrado un interés real y parecen dispuestos a poner dinero, pero negociar implica ceder por las dos partes. llegar a un acuerdo. Y el tiempo se agota.

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