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De frente con la cruda realidad

  • El Betis, como le ocurriera en Getafe, acumula su segunda derrota en un ejercicio de impotencia · Sólo el estreno del canterano Pozuelo, que exhibió buenas maneras, coloca un rayo de luz en un gris partido.

Se las prometían muy felices los béticos tras las cuatro primeras victorias consecutivas, pero en apenas seis días el equipo se ha chocado de frente con la realidad de la Primera División. Dos rivales medianos, aunque uno, el Levante, se asiente en la zona noble de la clasificación, y otro, el Getafe, anide por los sótanos, le han destapado algunas de sus carencias y le han despertado de ese sueño que representaba acudir como líder al Santiago Bernabéu.

Acudieron los béticos en masa, sin ni siquiera mirar a los termómetros que reflejaban temperaturas más propias de otras fechas, con la intención de olvidar el traspié de Getafe y llevarse la enésima alegría de la temporada. Pero, nada más empezar, la primera en la frente. Y de Mario, que se retiró del campo con 14 puntos entre la frente y la ceja derecha. Ese comienzo torcido del cuadro verdiblanco se reflejaría en el posterior ejercicio de impotencia, similar al realizado en el Coliseum Alfonso Pérez. Y es que las ocasiones de gol brillaron por su ausencia en el cuadro verdiblanco. Las dos más claras en ambos encuentros, en las botas de Jonathan Pereira, quien ha comenzado la temporada peleado con el gol.

El discurso de la mesura siempre se ha lanzado desde el vestuario. El propio Mel señaló cuando venció al Zaragoza, con el consiguiente liderato, que sus cuentas sólo pasaban por mirar la distancia de su equipo con la zona de descenso. Una cosa es la realidad de los béticos, que han vivido un mes en un cuento de hadas, y otra bien distinta la de los hombres de fútbol, que no se cansaban de repetir que sí, que se disfrutaba del momento, pero siempre mirando el objetivo de la permanencia.

Un rayo de luz iluminó por momentos el Benito Villamarín, o al menos sí levantó a la grada, que esta temporada está volcada con los canteranos. Mel decidió que le había llegado la hora a Alejandro Pozuelo para estrenarse con los mayores, después de varias convocatorias aguardando su oportunidad. El trianero se movió entre líneas y se ofreció en cuanto pudo, demostrando que puede tener un sitio en los planes del entrenador bético. Incluso se acercó al gol tras un gran regate sobre Nano, pero el cruce imponente de Ballesteros acabó con sus esperanzas de convertirse en el héroe en el día de su estreno. Si alguien dudó de las posibilidades de Pozuelo, ayer éste pidió confianza para exhibir el fútbol que le ha llevado a convertirse en el ojito derecho de los habituales en la ciudad deportiva verdiblanca.

12 de 18 puntos posibles no parece un mal botín para un recién ascendido, pero nadie escondía cierta decepción por un traspié inesperado. "El partido más importante es el siguiente", contaba Vlada Stosic que le decía un mito como Bora Milutinovic. Y ésa debe ser la realidad de este Betis para no convertir sus sueños en pesadillas.

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