José María del Nido disfrutó ayer de una de esas jornadas en las que se siente más a gusto en el plano personal. El acto Fieles de Nervión, que él mismo ideó para homenajear y reconocer a los socios más leales al club, saca la parte más visceralmente sevillista del dirigente, que, como es habitual, les dedicó un fuerte aplauso a los incorruptibles e incluso aprovechó el evento para lanzarles un guiño a los niños rebeldes, el colectivo Biris Norte que ha vuelto a manifestar su descontento con la gestión y las medidas de control.

Ante el nuevo desencuentro entre los biris y Del Nido, con sendos comunicados por parte y parte dejando claras las respectivas posturas de contestación y de intento de acercamiento, un aficionado sacó una enseña del grupo de animación y, cuando la seguridad privada se puso con las orejas tiesas, el presidente se acercó al socio y zanjó cualquier desavenencia. "Vamos a hacernos una foto. Yo también soy biri", dijo mientras posaba junto a la bandera.

No hubo desencuentro, todo lo contrario. Del Nido compartió almuerzo y vivencias con los socios, a los que se dirigió así: "Quiero transmitiros el mensaje de ilusión de siempre. Seguimos confiando en el Sevilla. Estamos convencidos de que nuestra gente va a alcanzar los altos objetivos marcados. Y al plantel, hacerle ver que tenemos que encontrar ya la regularidad, que no le estamos pidiendo nada que no sabe, no, le estamos pidiendo y exigiendo que haga aquello que sabe, jugar como en Mallorca o como en otros muchos partidos".