Willy Hernangómez. Jugador del Real Madrid

"Satoransky se picaba porque le hacía bloqueos muy duros..."

  • Con una madurez impropia de un mozo de 20 años, el pívot habla de la selección y de repetir la cesión a San Pablo si el Madrid lo estima oportuno

En mayo hizo la veintena Willy Hernangómez y, sin embargo, habla con fluidez y madurez, dos de los valores que ha ido desarrollando en San Pablo la última temporada. Acapara los focos por haber sido el líder de la selección en el Europeo sub 20, donde se colgó la plata junto a su hermano, Juancho, y ahora se desenvuelve de miedo con los mayores en la absoluta, siendo uno de los invitados por Orenga en el periodo de preparación. Como si fuera ya perro viejo, nada sabe de lo que le deparará el futuro. Está sujeto a los deseos del Madrid...

-¿Pesa la larga temporada y el Europeo sub 20?

-Soy muy joven y no creo que haya problema por no descansar. Es una gran oportunidad poder estar aquí con la selección absoluta y no me importa quedarme sin verano las veces que hagan falta con tal de estar con los mayores.

-¿Qué le dijo Orenga cuando lo llamó para comunicarle que estaría de invitado?

-Contactó cuando se hizo oficial, aunque me comentó que me centrara en la sub 20 y no pensara en la absoluta; fue un gran consejo. Intenté ayudar lo máximo posible en Creta para conseguir la medalla y Juan me ayudó. Me trasladó que cuando acabásemos el sub 20 pensara en la absoluta para echar una mano y trabajar aquí. He seguido sus consejos y ha ido bastante bien la cosa con la plata.

-¿Y Felipe Reyes, su maestro en el Real Madrid, lo felicitó por este premio?

-Con Felipe siempre hablo mucho, se preocupa por mí y por mi familia. Me dio la enhorabuena y me dijo que tiene muchas ganas de volver a pegarse conmigo otra vez. Supongo que serán duros los entrenamientos, pero para mí es un honor pelear con el mejor.

-Galilea fue a verlo a la concentración de la sub 20...

-Sí, estuvo allí José Luis. Tuvimos una conversación bastante amena...

-¿Pero no habló de futuro, si cuentan con usted como cedido en el nuevo Baloncesto Sevilla?

-Tampoco quería yo profundizar, sólo centrarme en el Europeo. Ahora estoy con los mayores, se acerca la pretemporada, hablé con él de todas mis opciones y Sevilla es una más.

-¿El Madrid tiene alguna idea?

-Es el que decide, siempre buscará lo mejor para mí. Si quieren que vuelva, será un orgullo regresar a casa y un paso importante en mi carrera; y al revés, si quieren que me siga fogueando en la Liga ACB un año más para poder tener minutos, aprovecharlos y contar con más experiencia, también será muy bueno.

-¿Le apetecería jugar en el mismo equipo con Juancho, su hermano, en la ACB?

-Si lo cedieran, podríamos coincidir en algún equipo. Ojalá en un futuro juguemos juntos.

-Satoransky se despidió de Sevilla con palabras elogiosas hacia usted, aunque recalcó que no las esperaría...

-Con Tomas me llevo muy bien, hablamos muchísimo. Lo que pasa es que yo en los entrenamientos lo picaba un poquillo, en los bloqueos le daba más fuerte, los hacía más duros. Tomas siempre va a tope, tiene mucho carácter y se enfadaba; entonces yo también me calentaba con él y eso propiciaba que los entrenamientos fueran más intensos. Pero fuera de la cancha estábamos todo el día juntos, nos íbamos a comer, me enseñó Sevilla, y tenemos muy buena relación. Le deseo lo mejor para el futuro porque se lo merece.

-Dicen que no olvidará esta campaña en San Pablo porque ha trabajado mucho en los entrenamientos.

-Sí, este año ha sido de trabajo intenso, extra, individuales, por la mañana en días libres. Aíto, Diego Ocampo y Javi Carrasco han sido muy importantes para mi evolución y para convertirme en un jugador más completo.

-¿Que no sigan Aíto ni Ocampo puede influir para que no continúe aquí un año más?

-No, no. Para mí han sido muy importantes, pero Sevilla tiene un nuevo proyecto y, por lo que me han comentado, confían en mí. Que no estén no significa que no pueda acabar allí, es una opción más que estamos viendo.

-Su tocayo y amigo Corrales deja su tierra y jugará en Cáceres...

-Es una pena. Estuvo en Madrid unos días y hablamos. Era uno de mis puntos de apoyo.

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