La explosión del delantero Juan Muñoz en pretemporada tranquiliza a un sevillismo que ve cómo su equipo adolece de falta de puntería en estos primeros test de verano.

Porque si algo ha demostrado el joven ariete del División de Honor es tener un gran olfato de cara a la puerta rival. Lo ha demostrado con su equipo durante la temporada -32 tantos anotó sólo en Liga- e hizo lo propio con los mayores escasos días atrás ante el Eintracht Braunschweig (2-1), partido en el que el canterano ayudó a su equipo a darle la vuelta al marcador con el primer gol y la creación del segundo.

A sus 18 años, Juan Muñoz ha sabido aprovechar el hueco en la delantera que han dejado tanto Bacca como Gameiro, que todavía están de vacaciones, y se gana los elogios de su presidente. "Quizás Juan Muñoz sea nuestro jugador referencia en las próximas temporadas", comentó José Castro el pasado domingo en el encuentro con los aficionados más jóvenes en el Campus de Verano Football and English, que se organiza en la ciudad deportiva de la carretera de Utrera.

Parecida situación vive otro de los pujantes valores de la fértil cantera sevillista y que también hace vida con los mayores como si fuera uno más: Carlos Fernández.

Con una técnica envidiable, el joven atacante de Castilleja de Guzmán es una de las grandes apuestas de Unai Emery, ya que convenció a Monchi, secretario técnico de la entidad, de que se le buscara una salida a Rusescu en favor de darle mayor protagonismo a él. De hecho, el técnico vasco lo hizo debutar con tan sólo 17 años en la Liga con el primer equipo en la victoria del Sevilla ante la Real Sociedad (1-0) en el Sánchez-Pizjuán.

Todavía no ha visto puerta en lo que va de pretemporada, pero las aptitudes las tiene: el atacante ha sido fundamental en la consecución de los dos títulos de Copa del Rey que el División de Honor alzó tanto esta temporada como la anterior.

Tanto Juan Muñoz como Carlos Fernández, que renovaron sus contratos meses atrás hasta 2016 y 2018 respectivamente, son los valores pujantes de la cantera por un puesto en la parte ofensiva del Sevilla.

Estas dos joyas juveniles, unidas al refuerzo que supone Iago Aspas, además de los delanteros que el Sevilla ya tenía en nómina la pasada campaña, como Bacca y Gameiro, componen una delantera de las más potentes de la competición.

Las grandes prestaciones que tanto el colombiano como el francés ofrecen son sinónimo de gol. De hecho, en la pasada temporada anotaron 14 y 15 goles en su primer año en la Primera División, una cifra que a buen seguro querrán mejorar en esta segunda campaña.

Caso similar es el de Iago Aspas. El gallego, que no ha tenido fortuna cara a puerta en sus primeros encuentros con la elástica sevillista, querrá recordar su mejor versión, en la que anotó 23 goles con el Celta en Segunda División durante la temporada 11-12.

Con esta dinamita arriba, el juego del Sevilla se antoja mucho más directo esta temporada, toda vez que la pasada campaña en algunos partidos se vio cómo el cuadro de Emery se atascaba de cara a la portería contraria.

Es por ello que la falta de puntería en estos primeros test de pretemporada no preocupa en exceso. Se sabe que los goles llegarán más pronto que tarde, porque la pólvora existe.

De ahí que incluso la cacareada marcha de Bacca al Zenit de San Petersburgo o a otro de los equipos que han mostrado interés por él, preocupe sólo hasta cierto punto a Monchi y a su equipo de trabajo. Amén de que en el propio club existen ya futbolistas con capacidad para suplir al colombiano, el estudio del mercado ofrece alternativas más que aceptables. Una de ellas, la del polaco Lukasz Teodorcyzk, que milita en el Lech Poznan, fue anunciada ayer por este diario. Otras permanecen, por el momento, en la carpeta del director deportivo.