Unai Emery se ha quedado sin uno de sus tres delanteros para el primer mes y medio de la competición que comienza el sábado. Gameiro vio confirmado ayer los inquietantes pronósticos que se atisbaban el martes por la noche, cuando se resintió de la lesión que sufrió cinco días antes de la final de Turín, en donde jugó los últimos 15 minutos de la prórroga pese al esguince de rodilla que sufría. El futbolista fue clave en la consecución del título, pues marcó el penalti decisivo, pero ahora paga las consecuencias de aquella arriesgada decisión.

Gameiro estará en total seis meses de baja, como mínimo. Es lo que le han prescrito los médicos del Sevilla, en consenso con los de la clínica del doctor Ramón Cugat en Barcelona, donde ayer tuvo una revisión el delantero francés. Las distintas pruebas a las que se sometió el futbolista descartaron una lesión grave, pero sí evidenciaron, según el parte médico ofrecido por el club, "una ligera inestabilidad en la parte posterior de la misma, afectada ya en el ligamento lateral interno". Los médicos del Sevilla han optado por adoptar un tratamiento conservador para la recuperación total de la rodilla derecha de Gameiro, por lo que en un principio está descartada una operación.

A partir de ahora, Gameiro se ejercitará en el gimnasio e irá aumentando sus cargas de trabajo para ir integrándose poco a poco con el resto del equipo. En cualquier caso, la inquietud es importante. El jugador comenzó la pretemporada con normalidad, pero en los primeros días de la concentración en Costa Ballena empezó a remitir molestias. Y cuando parecía que ya estaba recuperado, ha vuelto a resentirse.

Se trata de una lesión mal curada, con el inconveniente de que el futbolista, que en principio estaba descartado, forzó para jugar el recordado miércoles 14 de mayo para ayudar al Sevilla a conseguir su tercer título europeo. El jugador se había lastimado entrenándose el viernes anterior a la final, al sufrir un esguince del ligamento lateral interno de la rodilla derecha. Todos asumieron el riesgo.