Con alegría contenida -se definió como comedido- por el récord cosechado, pero con los pies en el suelo por lo largo de la temporada, aparecía Unai Emery en la sala de prensa para analizar la victoria de su equipo frente al Málaga.

"Estamos contentos por la victoria, en la continuidad de ir creciendo con la participación de futbolistas que quizás no han jugado mucho o que no estaban adaptados para ayudar al equipo. Además estos tres puntos nos hacen estar satisfechos para continuar. La continuidad está en la credibilidad que trasmite el equipo, en la constancia que ha tenido el equipo para dejar la portería a cero, para crear ocasiones", argumentó. "La afición ha ayudado... Hay que cimentar cada partido y ahora a pensar en el partido contra el Espanyol y en la eliminatoria de Copa", añadió.

Con la nueva victoria en el bolsillo, el Sevilla certificó la mejor primera vuelta de su historia, pero Emery aspira a mantener el tino y no levantar el pie del acelerador durante la segunda parte de la Liga. "Hay que seguir colaborando en la inercia positiva, en el trabajo efectivo, con ilusiones en la Liga, la Copa y la Europa League. Son datos que me dicen que llevamos buen camino pero que hay que seguir edificando ese camino. Somos conscientes de que cada paso que damos es una meta más. La próxima meta es el Espanyol", afirmó el entrenador guipuzcoano, que incidió en que necesitará la mejor versión de sus futbolistas para mantener el nivel actual del Sevilla: "Nuestra mentalidad es que el equipo tenga capacidad de respuesta colectiva, porque vamos a necesitar de todos. Es un ciclo progresivo en el que la temporada tan larga y con tantos partidos nos pide tener una alternancia de rendimiento. El equipo está firme y debemos seguir firmes. La credibilidad la vamos generando conforme vamos ganando partidos".

Y la contención de la alegría de Unai Emery por el hito conseguido contrastaba de forma importante con el sentir de la grada, que una vez más volvió a corear el nombre del técnico durante el partido, algo que hacía mucho tiempo que no ocurría en el Ramón Sánchez-Pizjuán y más con un técnico de fuera de la casa.

"Uno escucha, otra cosa es que la concentración en el desarrollo del partido te aísle de lo que ocurre. Me siento parte del equipo, del Sevilla, y de la afición. Eso es en agradecimiento al trabajo por lo que están viendo, y sin duda uno lo recibe con agrado. Creo que son significativas las sinergias con la afición. Debemos generar ilusión y alegría. Lo procuramos dar con trabajo y dedicación cada día, y todos remamos en esa dirección", comentó el entrenador sevillista.

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