Francisco Portillo

"Me alegra que mi fútbol guste aquí; ojalá sea así durante mucho tiempo"

  • El malagueño se declara listo ya para ser titular y devolver al Betis "a Primera, su sitio". "Joaquín, Nacho, Fernando... muchos me dijeron que venía a un grande y no me arrepentiría, y ahora lo estoy viendo", declara.

Francisco Portillo Soler (Málaga, 13-06-1990) es la gran apuesta invernal del Betis. Nacido en el humilde y futbolero barrio de El Palo y algo introvertido, ha dejado el hogar familiar y se ha venido a Sevilla a vivir con su novia. Una nueva etapa en su vida personal, como la que vivirá sobre el césped tras dejar su equipo de toda la vida. Pero en el verde el hambre puede con la timidez, se transforma. Sueña con ascender y que la grada de Heliópolis coree su nombre como en los días grandes en La Rosaleda.

-La primera pregunta es obligada: ¿qué sensaciones alberga tras dos semanas en el Betis?

-Muy buenas. Estoy contento, feliz y amoldándome al equipo y conociendo la ciudad.

-¿Qué le ha sorprendido?

-Sobre todo, las instalaciones. El equipo debe estar en Primera, que es su sitio de este club. Y vengo para ello, para lograr ese objetivo.

-¿Considera un paso atrás firmar por un equipo de Segunda?

-Se ha hablado mucho, pero un paso atrás hubiera sido quedarme allí sin jugar y sin competir. Venir al Betis no es un paso atrás, es un equipo que debe estar en Primera.

-Pero lo quería el Granada, encima más cerca de su casa...

-Son especulaciones. El Betis fue el que apostó fuerte por mí, la llamada de Mel fue importante, como dije, y me siento querido aquí. Por eso di el paso de venir.

-¿Y por qué tardó tanto en convencerse, por aquello de abandonar su familia, su barrio...?

-No era sólo eso. Hubo negociaciones entre clubes y yo sólo esperaba a que mi agente me dijese que había acuerdo.

-Pero en verano se negó a dejar Málaga para ir al Elche...

-Sí. Fue otra circunstancia, quizá pensaba que entrenando y haciendo las cosas bien podía tener una oportunidad, pero ya se ha visto que no ha sido así.

-Entonces eso que me cuentan de que a usted le costaba muchísimo dejar El Palo...

-Sí que cuesta, porque significa cambiar todos los hábitos. Es la primera vez que salgo de Málaga, de mi entorno, pero me voy adaptando y espero ser feliz aquí.

-Empezó a jugar de niño en campos de albero, en la calle... Esto cada día es menos habitual, pero curte, ¿verdad?

-Sí, está claro que te curte. Los colegas, cada vez que teníamos un hueco, estábamos con el balón. Jugar en el San Ignacio (campo de El Palo), en ese albero con chinos, las patadas... Te hace más fuerte.

-¿Qué más le da la calle a un futbolista?

-El hecho de que ahora intentas hacerlo como cuando jugabas con los amigos, sin normas, sin ley, sin nadie que arbitre, ésa es la esencia que la calle le da a un futbolista.

-Quizá también la picardía...

-Sí. Porque no hay presión y siempre tratas de ser el más listo.

-¿Y qué le ha pasado a un futbolista de su talento para no jugar apenas esta temporada?

-Si le digo la verdad, yo tampoco lo sé. En pretemporada surgió una oferta que era buena para el club, pero yo la valoré y no estaba conforme y decidí quedarme para trabajar y jugar. Creo que esa decisión pesó mucho, no sé dónde, pero fue así, porque para no tener siquiera una oportunidad...

-¿Es cierto que le cuesta defender y que rinde menos fuera?

-No creo que sea así. Sí es cierto que no juegas igual en casa que fuera, donde los rivales te obligan más a defender, que no es mi fuerte. Pero siempre corro, lucho y estoy preparado para lo que sea.

-Pues cogió esa fama después de que Pellegrini le hiciera la cruz en Dortmund. Fue algo injusto y debió acusarlo, ¿no?

-No sé si lo acusé, pero fue un palo duro para mí y para todo el equipo (eliminación en cuartos de final de la Champions 12-13). Se habló mucho de esos minutos que jugué y de ese balón que perdí, pero me hicieron una falta increíble que el árbitro no pitó y luego vino otra jugada antes del gol... Pero ya está olvidado y me sirve como aprendizaje para ser mejor futbolista.

-A Mel le gustan los futbolistas con talento y con hambre tras una mala etapa. Fíjese lo que ha logrado con Rubén Castro...

-Creo que el hecho de que me haya querido ya es importante. Soy consciente de que soy joven aún y tengo que pulir muchos aspectos para ser mejor jugador, y creo que con él lo puedo conseguir.

-Sin embargo, el otro día le envió un recadito tras el partido...

-No lo escuché.

-Dijo que la titularidad hay que ganársela con trabajo. ¿Lo ve como un toque de atención?

-No, y estoy de acuerdo con él, tiene toda la razón. Yo he venido aquí a trabajar y no tengo el puesto asegurado, tengo que ganármelo y competir con mis compañeros. Y aún no he hecho nada.

-¿Se siente ya adaptado y con ritmo para jugar 90 minutos?

-Sí. Estoy en forma y con los entrenamientos me voy encontrando mejor. El ritmo se coge con los partidos, pero en Málaga hice un buen trabajo y estoy listo para cuando el míster lo considere oportuno.

-Usted invita a un cambio de sistema, ya que en el 4-4-2 cae a una banda. ¿Echaría de menos no jugar más centrado?

-Me adapto bien y en Málaga ya jugué escorado a una banda. Tiendo a romper hacia dentro y es una situación en la que me siento cómodo, aunque será el míster el que vea qué es lo mejor para el equipo.

-¿Es consciente de que su fútbol gusta a la afición del Betis?

-Eso es lo que uno intenta, que a la gente le guste y que a los compañeros les vaya bien. Es una alegría que mi fútbol guste aquí y ojalá siga gustando mucho tiempo.

-La Rosaleda estalló con su juego y allí incluso jugó la Champions, ¿se marca como reto poner Heliópolis boca abajo?

-Ojalá. Lo que un futbolista quiere es que la afición esté contenta con su fútbol.

-Joaquín lo elogió a usted: calidad, juego en corto, pausa...

-Lo sé, he hablado con él, vivimos dos años maravillosos en Málaga y es un referente para mí. Le estoy muy agradecido por todo.

-¿Habló también con Nacho, con Tapia o con alguien más?

-Sí, con Nacho, con Fernando... Muchos me recomendaron venir, que no me arrepentiría, que era un grande. Y ahora lo estoy viendo.

-Ahora que se sabe la sanción a Cristiano Ronaldo, ¿recuerda su debut en 2010 con Muñiz?

-Sí, claro, fue muy bonito, a cualquier chaval le gusta debutar en un estadio como el Bernabéu.

-No se lo pregunto por eso, sino porque lo propició un codazo del portugués a Mtiliga, quien no pudo continuar...

-Sí, es verdad. Ahora que me lo recuerda... Pero fue un lance más del juego, los futbolistas estamos sometidos a mucha presión.

-¿Hubiese sido futbolista de no ser por su padre?

-Me ha ayudado bastante. Era entrenador en El Palo y me enseñó muchas cosas, sobre todo a no rendirme y a trabajar como el que más. Aunque fuera mi padre, la primera bronca era para mí.

-Muchos futbolistas con talento se pierden por sus malos hábitos, pero usted tiene fama de ser un gran profesional...

-Fuera del campo intento ser una persona normal, salgo poco porque me debo a ser futbolista y es obligado para estar en forma. De aquí a que me retire es lo que hay.

-¿Y en qué ocupa su tiempo?

-En estar con los amigos, jugar al pádel cuando se puede, salir a cenar, al cine, estar con la novia...

-Apenas hemos hablado del Betis. ¿Piensa que tiene la mejor plantilla de la categoría?

-Hay una gran plantilla y futbolistas de una gran categoría, como Rubén, Jorge, cualquiera que le diga... Pero que sea la mejor lo tenemos que demostrar en el campo.

-Para la entidad sería un fracaso no ascender, ¿y para Portillo?

-Además de todo lo hablado, viendo toda la ilusión que hay en la afición, la verdad es que no ascender sería no cumplir el objetivo.

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