Hípica

A lomos de una pasión única

  • El sevillano Manuel Fernández Saro, componente del equipo español, compite esta semana en Pineda.

El mundo del caballo es distinto. Especial. Nada tiene que ver lo que se entrevé a un lado de las bambalinas, delante, con la realidad que hay detrás. La pasión de los que han hecho de lo que un día fue una afición su profesión. Su vida. Y disfrutan. Es el caso de Manuel Fernández Saro, jinete que un día hizo el petate para no tener que mirar atrás en un futuro y no arrepentirse por no haberlo intentado. Lo intento y triunfó. Le sobraban ganas, pero también clase para montar, para trabajar con el caballo día tras día y ahora mira al horizonte y ve los Juegos de Río 2016 como una meta al alcance.

El sevillano, que reside en Holanda desde hace años -"en España hay mucho talento, pero no negocio", explica-, vuelve a casa para competir en el Campeonato de España de saltos. Casi es la imagen de la cita, aunque lejos de los micrófonos él se encuentra más a gusto charlando en las cuadras juntos a sus caballos. Dándoles de comer, acaraciándolos... Fanfa, -el apodo, dice, se lo puso su hermana de pequeño y ya todo el mundo lo llama así- no es nuevo en esto. La afición le vino de muy pequeño, en la pequeña finca de su padre, y en el Club Pineda le entró el veneno por la competición.

Hoy es uno de jinetes de más prestigio en Europa. Pero nadie le regaló nada. "Si no te exiges a ti mismo es imposible llegar. Cuando quiero algo voy a muerte", afirma el protagonista, que hace ya más de una década dio el paso definitivo: "Me fui fuera de España por primera vez con 17 años. Estuve un año y medio en Bélgica. Me gustó, pero igual era un poco joven aún y regresé. Estuve compitiendo en España, montando para gente y produciendo caballos. Pero decidí irme de nuevo y ya llevo 13 años. Me daba miedo perderme algo hípicamente. Algo dentro de mí me decía que debía intentarlo".

Alemania fue uno de sus destinos. Allí trabajo siete años con Paul Schockemöhle, uno de los mayores productores de caballos del mundo y una leyenda en el mundo de la competición, pues fue campeón de Europa tres veces seguidas con el mismo caballo. Algo que nadie más ha hecho. Llegó a ser el jinete número uno en la meca de la equitación. "Fui campeón de Europa con un caballo suyo en San Patrignano. Cattani se compró por 100.000 y se vendió por un millón", recuerda.

A Sevilla ha llegado con ocho caballos. Competirá con Santiago de Blondel, un nueve años al que "le faltan aún bastantes kilómetros", pero siente que cuenta con "mucho potencial y tiene la cabeza en su sitio para ir a unos Juegos". Con él quiere formar el binomio perfecto para triunfar en Río: "Los caballos son como las personas. Éste, físicamente, está muy bien hecho y muestra mucha personalidad. Se le puede exigir más que a otros y no se lo va a tomar mal. Con él paso muchas horas porque tiene mucha energía. Cuanto más conozcas al caballo, más sacas de él. Más te da en la competición".

Montar, comprar, preparar, vender... Para Fernández Saro todo gira alrededor de este mundo, que ha cambiado mucho con el paso de los años y las nuevas tecnologías. "Antes había muchos que se aprovechaban y engañaban. Ahora, con Internet, por ejemplo, el que quiere comprar sabe todo lo que necesita sobre un caballo".

Pero desde hace un tiempo no todo gira ya en torno al mundo equino. "Hace poco nació mi hija. Todo ha cambiado un poco desde entonces, pero lo llevamos bien", señala sonriendo, aunque todo es más fácil cuando en casa todos comparten la misma afición. Su mujer, Deborah Jackson, competirá también en Pineda en las pruebas complementarias con Royal Croissant. "Es el mejor caballo que tengo en la cuadra, lo que pasa es la yegua que se lesionó y estuvo dos años parada. Nunca he tenido un caballo así. Un pura clase", afirma el hispalense, que dedica ocho o nueve horas a los entrenamientos: "Depende del día y de los ejemplares a los que tenga que montar. Es mi trabajo y me encanta".

Pero hacer el binomio perfecto no es fácil: "Un jinete bueno con un caballo crack es capaz de ganar a cualquiera; un jinete crack con un caballo bueno puede hacer cosas, pero no marca diferencias". Y ése es el objetivo de Fernández Saro con Santiago de Blondel, empezando por firmar un buen papel en casa este fin de semana. "El objetivo es ganar, como el de cualquiera, pero es complicado. Cualquiera de los inscritos tiene nivel para ser el campeón".

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