La memoria histórica llega al fútbol. La ley que desde el Gobierno de Zapatero impide que cualquier nombre, escudo o referencia al pasado franquista siga suponiendo un homenaje a la dictadura no deja resquicio alguno sin cubrir. Ni allá donde los españoles menos se imaginen. Un equipo de fútbol local ha sido en esta ocasión el objetivo.

El Villafranco Fútbol Club se convirtió ayer en protagonista de la jornada y no por logros deportivos, sino por un asunto bien distinto. Un abogado madrileño ha denunciado a esta entidad en tres instancias: los juzgados de Coria del Río, la Real Federación Española de Fútbol y el Ayuntamiento de Isla Mayor, a cuyo municipio pertenece el mencionado equipo. El letrado -según dio a conocer ayer Europa Press- recuerda que el nombre de Villafranco es un "honor" al dictador que gobernó España durante casi cuarenta años, una situación que vulnera la Ley 52/2007 de Memoria Histórica, ya que el equipo recibe ayudas y subvenciones municipales.

Para entender el nombre que recibe esta entidad hay que tener muy presente la historia reciente de Isla Mayor. Dicho municipio fue rebautizado como Villafranco del Guadalquivir tras la Guerra Civil como homenaje al caudillo que logró la victoria en la contienda bélica. No fue hasta 2000 cuando este municipio marismeño recuperó su denominación tradicional. Sin embargo, dicho cambio no llegó al equipo de fútbol, que sigue llamándose con el nombre que tuvo la localidad desde el fin de la guerra. El letrado ha advertido que de continuar en iguales condiciones reclamará a la Justicia que se tomen las medidas contempladas en la Ley de Memoria Histórica para tales casos.

Cambiar de nombre, sin embargo, no es tarea fácil. Así lo recordó ayer el presidente de este club, Enrique Gutiérrez, quien recordó que la actual directiva del equipo sólo lleva una temporada al frente y que son conscientes de que tienen "pendiente" dicha modificación. "Debemos estudiar bien el cambio para que no implique la pérdida de la antigüedad, la categoría y los derechos logrados en el campo", ha explicado Gutiérrez, quien a continuación ha querido dejar claro que "nadie del equipo es franquista ni el club hace apología del franquismo".

"Aquí nadie se opone a cambiar el nombre, pero hay que hacerlo con un mínimo de garantía para que no se penalice al club y se conserven sus logros", manifiesta el presidente del Villafranco F. C., equipo que se fundó en 1968, cuando tomó el nombre que tenía entonces el municipio. Esta denuncia ha provocado cierta polémica en Isla Mayor, donde se revive el debate surgido en 2000 cuando se cambió la denominación de la localidad. Debate propio para un 20-N.