Hasta que el domingo tuvo que asomar inopinadamente al césped en el minuto 62 debido a la lesión de Adán, sus actuaciones en el Betis se habían reducido a los partidos de Copa del Rey de la temporada pasada y a los dos últimos de Liga, una vez el Betis selló un ascenso. Le tocó, encima, comerse los sapos de dos partidos ya sin tensión que el equipo perdió (2-0 ante el Tenerife y 0-3 frente al Sporting), pero ante el Atlético debutó en Primera con el Betis tras los 13 partidos que acumulaba de su estancia en Vallecas, donde también coincidió con Pepe Mel como entrenador pero en los primeros años en Segunda -el gallego se estrenó con Sandoval-.

El viernes, ante el Levante, le tocará seguramente defender desde el inicio la portería verdiblanca, toda vez que la progresión del esguince en el tobillo derecho de Adán no es la adecuada y el tiempo parece que se le ha echado definitivamente encima.

A sus 32 años, el guardameta vigués, que firmó por dos temporadas, finaliza contrato el 30 de junio de 2016 y tanto él como el club están de acuerdo en seguir vinculados. Su renovación, junto a la de Bruno, se antojan inminentes, de ahí que la motivación de Dani Giménez no pueda ser mayor para este partido de pasado mañana frente al Levante.

A la fecha, pese a lo poco que ha jugado, siempre ha cumplido y ha dejado la puerta a cero en diversas ocasiones. En el Ciutat de València todo va a depender en gran medida del estilo de juego que Mel decida adoptar.