Ni los más viejos del lugar recuerdan un derbi de filiales tan desigual como el que Sevilla Atlético y Betis B disputarán el domingo en la carretera de Utrera. El primer derbi chico de la 2015-16 es sin duda un duelo entre desiguales. Y no sólo se debe al análisis de los números, sino a las sensaciones que desprenden los dos equipos. Quizá no sobraría añadir el lugar común de que el fútbol es fútbol, que cada partido es un mundo o, sobre todo, que los choques de máxima rivalidad suelen deparar sorpresas. Pero lo que salta a la vista es que el Sevilla Atlético, cuarto, suma 26 puntos y está en puestos de play off, mientras que el Betis B es colista con 10 puntos.

Las cifras son claras. La superioridad del equipo franjirrojo, con una sola derrota después de 15 jornadas, es evidente con las estadísticas en la mano. En cambio, el equipo de Los Bermejales sólo ha salido victorioso en dos ocasiones, un bagaje que lo sitúa en una de las peores primeras vueltas del filial verdiblanco. No hay número del equipo entrenado por Diego Martínez que no le favorezca en comparación con la del grupo adiestrado por Juan Merino. Número de victorias (6 frente a 2), empates (8-4) y derrotas (1-9). También aventajan los sevillistas a los béticos en el recuento de tantos a favor (19 frente a 11) y en el de goles recibidos (11-23). El Sevilla Atlético, además, sigue invicto en casa, mientras que los béticos aún no ganaron fuera.

Las estadísticas merecen una valoración sobre las sensaciones que generan los dos contendientes. Si bien es verdad que el Betis B ha mejorado sigue una línea de menos a más, principalmente en el apartado defensivo, el Sevilla Atlético mantiene desde el inicio de la campaña un nivel que raya el sobresaliente en cada línea. Además de su notable pareja de centrales, el filial sevillista puede presumir de un compacto sistema defensivo. En el capítulo atacante, la principal diferencia estriba en el ariete: Carlos Fernández (8 goles) es pichichi y Juanma (3) sencillamente no es un nueve.