El Sevilla Atlético perdió el domingo. Este enunciado supone en sí mismo una noticia de envergadura, sobre todo teniendo en cuenta que el filial entrenado por Diego Martínez sumaba hasta el domingo 16 jornadas sin caer derrotado, que se dice pronto. La marca supera los registros acumulados en los últimos 25 años de historia del filial, incluso las correspondientes a la temporada 2006-07, campaña en la que el ascendió a Segunda División de la mano de Manuel Jiménez.

Tampoco sabían los aficionados sevillistas lo que era perder en casa en la presente temporada. Habría que remontarse al mes de abril de 2015 para constatar una derrota del filial en la ciudad deportiva José Ramón Cisneros. Fue el pasado 5 de abril, en un choque ante La Roda (1-2). Desde entonces han sido 14 partidos consecutivos sin tener que lamentar una huida de puntos del pequeño coliseo sevillista.

Como en aquella última ocasión, los sevillistas fueron doblegados por un rival aparentemente menor, pues el del domingo, en el terreno de juego de la carretera de Utrera, no presagiaba ser el choque que pondría fin a la racha de puntos sumados consecutivamente. Menos aún por la entidad del conjunto visitante, el Recreativo, un equipo que deambula con más pena que gloria por la categoría de bronce del fútbol patrio.

Para más inri, como declaró el propio técnico canterano al finalizar el encuentro, el Sevilla Atlético no mereció salir de vacío del duelo ante los onubenses: "Merecimos al menos un punto, si no los tres. Ha sido un partido en el que llevamos el peso, con el Recreativo aculando mucha gente atrás y buscando la contra. Nosotros generamos superioridad en la banda y ocasiones de gol, pero el balón no quería entrar".

De este modo, los Carlos Fernández, Borja Lasso, Cotán, Tena, Carmona, Matos y etcétera pasan al particular olimpo sevillista que una vez ocuparon Javi Varas, Capel, Fazio o Cordero del anterior ascenso.