Duelo marcado por las urgencias. Los dos equipos con peores rachas de la Liga miden la magnitud de sus respectivas crisis en Heliópolis. El Betis, que suma apenas cuatro puntos en las nueve jornadas que acumula sin conocer la victoria, recibe la visita del Valencia, que ha sumado siete inmerso en una serie de once encuentros sin vencer, concretamente desde el pasado 7 de noviembre en Balaídos (1-5), tres meses ya de aquello.

La crisis verdiblanca se llevó por delante a Pepe Mel, relevado en el banquillo por Juan Merino, quien hace tres días fue ratificado como entrenador más allá del interinato que lo mantenía desde hace un mes en el cargo. La ventolera que asuela Mestalla también acabó con Nuno Espírito Santo y amenaza con acabar igualmente con su sustituto, Gary Neville, quien en ocho partidos ni siquiera conoce la victoria en Liga y, además, vio hace unos días cómo su equipo encajaba un bochornoso 7-0 en el Camp Nou en la ida de la semifinal copera que lo enfrentó con el Barcelona.

Merino tampoco conoce el triunfo como entrenador bético esta temporada -en la anterior, en Segunda, ganó los cuatro partidos que dirigió-, pero en su descargo hay que decir que ha disputado tres encuentros como visitante, ante el Sevilla en Copa (4-0) y Villarreal (0-0) y Real Sociedad (2-1) en Liga, y uno como local y ante al Real Madrid (0-0). Una victoria hoy convertiría en bueno el balance del técnico linense, quien anda preocupado por la imagen de desidia ofrecida por el equipo en su última comparecencia en Anoeta.

Con sensibles bajas en el equipo, entre ellas las de los titulares Cejudo, Fabián y Kadir, Merino podría tirar ya de dos los fichajes llegados a punto de cerrar el mercado de invierno, aunque en principio parece que tanto Montoya como Musonda podrían aguardar, sobre todo éste, su oportunidad desde el banquillo. El belga, además, es un revulsivo y asoma desconocido, y su velocidad puede ser un arma sorprendente para el rival cuando el partido se halle metido en harina y con los valencianistas, quizá, acusando el desgaste intersemanal tras el partido frente a los azulgrana.

Así las cosas, las principales dudas se ubican, amén de en los dos fichajes citados, en si serán Portillo y Dani Ceballos los dos falsos extremos de un equipo que apunta al cambio de sistema en favor de un 4-4-2 con Rubén Castro y Van Wolfswinkel como puntas de lanza. Merino venía disponiendo un 4-2-3-1 desde su llegada, pero las bajas y la pujanza del holandés, que mejoró al equipo con su entrada en Anoeta en la segunda mitad -dio el pase de gol al canario-, motivarían esa variante, que encima servirá para cuando esté dispuesto Leandro Damiao, ya que nadie imagina a éste o a Rubén Castro en el banquillo salvo de forma puntual.

Neville recupera al tunecino Abdennour, quien ya se encuentra en plenas condiciones físicas, y tiene las bajas de Enzo Pérez, operado el lunes de una lesión en el pómulo derecho, y de Paco Alcácer, con problemas en un tobillo. Reforzado en la banda izquierda, Siqueira, en principio, es difícil que vaya a desbancar a Gayà en el lateral, mientras que Cheryshev sí cuenta con opciones reales de formar en la vanguardia junto con Feghouli y Negredo. Quizá sea la velocidad del ruso y del franco-argelino la mejor arma de un Valencia irregular y cuyo fútbol es una incógnita más allá del desbarajuste táctico existente con Nuno y que su colega Neville ha sido incapaz de corregir.

El Betis, al menos, sí es reconocible, y querrá imponerse desde el tañido inicial gracias a la intensidad que N'Diaye y Petros deben otorgarle al mediocampo y contagiar a sus compañeros. Sin extremos natos salvo que jugase Musonda, serán vitales las ayudas a Molinero y Vargas, ya que el Valencia, con laterales profundos también, buscará por fuera una victoria que los verdiblancos trabajarán por dentro.