Atletismo

"Es como mi tercera juventud"

  • Olmedo, líder mundial del año en 1.500 bajo techo, confía en acudir a Portland. Tras un 2015 marcado por las lesiones, ha iniciado fuerte 2016.

El atletismo es un deporte para sufridores. Las alabanzas sólo llegan con los éxitos y las medallas, pero tras eso hay horas y horas de entrenamientos, trabajo, esfuerzo y padecimientos en forma de lesiones capaces de dejar a cualquiera con un año en blanco. Manuel Olmedo se lesionó en las semifinales de los 1.500 del Nacional en 2015 y se quedó sin los Europeos indoor de ese año, pero ha vuelto con más fuerzas que nunca. Otra vez, porque el sevillano es de los que se levanta con más ganas tras un tropiezo. Hace unas semanas logró el récord nacional bajo techo de los 1.000 metros que aún poseía el legendario Fermín Cacho (2.18,24 minutos por los 2.20,18 del soriano) y el domingo, en Sabadell, firmó la mejor marca mundial del año (3.38,25) que lo acredita como firme aspirante a medalla en el Campeonato del Mundo de Portland que se disputa del 18 al 20 de marzo próximos.

"Es una temporada importante, con Mundiales, Europeos (al aire libre, en Ámsterdam) y Juegos, y están saliendo las cosas bien. En 2014 gané el Nacional, pero no sentía que estaba al nivel de 2011 (fue cuarto en el Mundial de Daegu). Llegar a ese punto con tantas lesiones era imposible, pero ahora todo va bien, estoy poniendo mucho de mi lado y confío en recuperar ese nivel", indicó el mediofondista, que añadió: "Estoy en una segunda, o más bien, tercera juventud o etapa en el atletismo. Después de la lesión vuelvo a sentir sensaciones que hacía tiempo no tenía".

Olmedo, a sus 32 años, sabe cuál es la clave de todo: "El sacrificio". "Es cierto que cuando llegan los resultados todo es más fácil, pero hay que ser realistas y cuando uno llega a cierta edad necesita cada vez más trabajo para ponerse en forma. Si las lesiones no te frenan, que es lo que te quita la ilusión, se puede llegar al máximo nivel, pero hay que dedicarse en cuerpo y alma", afirma el atleta hispalense, que vuelve a entrenarse en su ciudad, aunque también lo hace en Umbrete o en San Juan, cuyas instalaciones cuentan "con el mejor tartán de la provincia", después de realizar un trabajo en altura en Francia, "necesario para preparar una temporada con tantos grandes campeonatos".

El primero será dentro de poco más de un mes en Portland, pero, cosas del deporte, el líder mundial del año en 1.500 aún no tiene claro si estará. "Estoy deseándolo. Me encuentro en un gran estado de forma y creo que podría pelear por las medallas, aunque una final siempre es complicada y pueden pasar muchas cosas. Pero para ir quiero hacerlo con las mínimas condiciones que permitan luchar por mi objetivo", señala el protagonista. Y es que la Federación tiene previsto partir el lunes. La competición empieza el viernes: "Si la expedición viaja cuatro días antes, yo no voy. Ya lo he comunicado. Soy ya un veterano y sé de lo que hablo, porque estuve en Daegu y Pekín y el cuerpo no te responde bien hasta el quinto o el sexto día allí. El cuerpo necesita habituarse, unos días para la aclimatación, superar el cambio horario... Con un período mínimo y lógico de estancia previa iría tan ilusionado como un juvenil, pero si no me quedo en casa sin rencor ni problema alguno. Es un año importante y hay otras metas", aseguró Olmedo.

Y no está la Federación, tras años en los que los resultados en los grandes eventos no han sido los esperados, para poner las cosas más difíciles. Las mínimas para Portland han sido muy exigentes y sea por eso, porque es año olímpico o por lo que sea, hay quien no ve en Portland un objetivo. "Para mí sí lo es. Respeto a los que opinen lo contrario, pero hay quien tiene miedo a las mínimas. Para este campeonato han sido realmente duras y hacerla ya te coloca entre los mejores del mundo. Creo que correr este Mundial y los Juegos es compatible afrontándolo con valentía", insistió el sevillano, que mientras espera que la Federación le comunique su decisión sigue entrenándose con el reto de devolver a España a la élite del 1.500 perdida desde 2011. Ya sea en Portland o en Río de Janeiro.

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