Se marchó Unai Emery y el Sevilla sigue sin ganar fuera de casa. Si a Sampaoli le preocupa tanto cómo se gana, tanto o más incluso que ganar per se, en Villarreal sumó un punto que debe disgustarle bastante. El Sevilla fue inferior en todo, de entrada en físico y de salida en el resto, y sumó un punto muy valioso máxime porque bajo ningún concepto mereció los tres. De hecho, Sergio Rico fue el mejor de largo y no hubo ni rastro del aluvión ofensivo del estreno ante el Espanyol.

Un partido más sin ganar fuera después de no hacerlo en todo el curso pasado. Villarreal es una cosa seria pero llegaba tocado el submarino y crecido el proyecto Sampaoli. Darse de bruces contra la realidad de la presión adelantada puede hasta servir para ir equilibrando una propuesta que fue electricidad pura ante el Espanyol y velitas de santo en Castellón. Conste que nueve jugadores repitieron titularidad (entraron Rami y Kolo por Mercado y Ben Yedder), pero quizás ahí empezó a torcerse todo. El Villarreal apostó al físico a pesar de venir del palo de Mónaco y acertó.

El Villarreal estaba herido y con la delantera maltrecha, y el Sevilla salió  con cuatro atrás cuando se esperarían tres, con lo que el riesgo es idéntico al del estreno ante el Espanyol. Sin embargo, arriba no hay color, Vietto es un espectro y tanto  a Franco Vázquez como a Sarabia les cuesta entrar en juego. N'Zonzi está casi siempre solo y el balón le dura muy poco al Sevillal que intenta jugar rápido pero se encuentra con una presión adelantada del Villarreal que no le permite salir cómodo no jugar en campo ajeno con tanta asiduidad. El ritmo es lento y el Sevilla no encuentra desborde ni continuidad. El balón dura un suspiro y las pérdidas en zonas de peligro se multiplican.

El riesgo, en efecto, era grande y el Villarreal no cejó en buscar el error sevillista, con Pareja y Rami casi obligados al voleón y con Soriano avisando muy pronto tras una mala salida de Mariano primero y Kolo después. Kiyotake, teórico escudero de N'Zonzi, se ausenta, Kolo y Mariano lo pasan regular para tapar su espalda y Vitolo, a la derecha esta vez y sin la chispa habitual, es quien más secunda a Franco Vázquez, en torno a quien gira ahora mismo la propuesta de Sampaoli.

Al Villarreal las pulgas se le acumulan y Pato se arrastra varios minutos antes de tener que marcharse (Bakambu y Soldado, éste de larguísima duración, están lesionados), pero el Sevilla sigue sin encontrarse y es el Villarreal quien más cerca está del gol. De hecho, marcó, pero Del Cerro Grande anuló el gol de Santos Borré. Estaba adelantado el delantero colombiano, pero casi parece más Pareja quien peina que Musacchio, aunque la jugada es dudosísima y, muy poco antes del descanso, el Sevilla se libra de un castigo que tampoco habría sido injusto.

La segunda parte la salvó Sergio Rico con tres intervenciones fantásticas justo cuando llega Sirigu en teoría para dejarle sin jugar y se cae de la selección . En particular, la mano a tiro de Manu Trigueros, que luego dio en el larguero, fue providencial, y no menos otra a Santos Borré.

Los cambios del Sevilla parecieron equilibrar más el tema físico, y ya con Ben Yedder se fija un 4-3-1-2 que permite abrir más el campo pero no optar al botín completo. Incluso, la mejor ocasión sevillista es un córner que da en el palo mientras Del Cerro pita falta por acumulación de personas en el área pequeña. Pequeño, eso sin duda, fue este Sevilla llamado a derribar al rival a base de golpes y que no tuvo más remedio que esmerarse en mantener su portal a cero ante su total incapacidad, principalmente física, para generar ocasiones.