Champions: Sevilla - Olympique de Lyon · El otro partido

Tres franceses dan la vuelta a la estadística

  • Nasri, Nzonzi y Ben Yedder se erigen en protagonistas de un triunfo que corta la mala trayectoria sevillista ante equipos de la Ligue 1.

El Sánchez-Pizjuán se vistió de gala para presenciar el primer partido en Champions como local de su equipo, deseoso de llevarse una alegría frente a un Olympique de Lyon que no pudo agrandar el mal bagaje que presentaba el Sevilla ante conjuntos llegados de la Ligue 1: cuatro derrotas en cinco partidos oficiales.

La estadística jugaba en contra de los de Nervión. El precedente más cercano databa de la fase de grupos de la UEFA 2010-11, en la que claudicaron dos veces ante el París Saint-Germain: 0-1 en casa y 4-2 en el Parque de los Príncipes.

Antes ya habían jugado tres partidos contra el Lille en la misma competición, logrando el Sevilla una única victoria, por 2-0, en la ida de los octavos de final de la temporada 2005-06. 1-0 cayó en la vuelta semanas después -pasando a cuartos con un global de 2-1- y 1-0 en la fase de grupos de la campaña 2004-05.

No obstante, siempre que se apela a las estadísticas se esgrime su plausible ruptura. Y a esa posibilidad, tan válida como la prolongación de los guarismos en contra, se agarró un Sevilla que fue de menos a más y que encontró, precisamente en tres jugadores franceses, las puntas de lanza con las que forjar un sufrido y merecido triunfo.

Y es que, tras una primera mitad de toque y posesión, de una ocasión clara fallada por Vietto -sin duda, no fue la noche del argentino- y de alguna intentona con peligro atajada a tiempo por Sergio Rico o en la que medió el larguero -véase el disparo de Fekir repelido por la madera en el minuto 38-, Nasri se erigió sobre un terreno de juego que ya había sido testigo de sus calculadas andanzas; Nzonzi volvió a evidenciar la calidad que atesora, sobre todo al sentirse algo más protegido tras la entrada de Iborra en sustitución de Franco Vázquez; y Ben Yedder materializó la exigencia que pesaba sobre sus hombros.

Tres franceses perpetraron la derrota del Lyon, que no tuvo más remedio que claudicar ante el desborde de Nasri, la construcción de Nzonzi y la ejecución de Ben Yedder. Los tres, de una forma u otra, intervinieron en la jugada del gol: el primero porque casi abrió el marcador en el minuto 51, jaleando con el peligro que nacía de sus botas a las gradas del Sánchez-Pizjuán, adormecidas en algunos compases del encuentro; el segundo porque recibió el balón en la siguiente jugada y lo colgó con maestría al área pequeña del Lyon; y el tercero porque remató a portería un esférico que, quizá, hubiese entrado por sí mismo tras ser cabeceado por Vietto, actor invitado en una concatenación de fructíferos instantes.

Y así, entre franceses que cantaban victoria y franceses que agachaban la cabeza, la hinchada sevillista vivió otra noche de éxtasis europeo anhelando otras muchas.

Los ultras galos se hacen notar en el centro de Sevilla

Decenas de hinchas franceses protagonizaron la anécdota para el olvido de la visita del Olympique de Lyon a Sevilla. Los aficionados galos se movieron con total libertad por el centro de la ciudad, especialmente por la zona de la Alfalfa, hasta que hubo momentos de tensión y se enfrentaron a los agentes de la Policía Nacional que velaban por la seguridad en la zona. También se produjeron altercados en los alrededores de la Puerta de la Carne y, de camino al Sánchez-Pizjuán, incluso fue necesario el corte del Puente de San Bernardo debido al gran despliegue de efectivos que acompañaba a la tropa.

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