El entrenador del Betis, el uruguayo Gustavo Poyet, afirmó tras el partido que su equipo ganó 1-2 contra Osasuna en El Sadar que el conjunto sevillano "se puso el traje de trabajador" para buscar un resultado tranquilizador.

"El equipo se puso el traje de trabajador. Había que ensuciarse y hacer otras cosas, porque lo que estamos tratando de buscar, sobre todo yo como entrenador, no se estaba dando. Por eso rearmamos y buscamos otra forma", explicó.

Poyet dijo que este era un partido que "había que ganar". "Tuvimos que reconstruir y poner otra idea por lo que había pasado y por el rival. Pudimos hacer un partido bastante decente, con complicaciones, para crecer y espero que sea una buena línea de crecimiento para el futuro", añadió.

El técnico uruguayo indicó que tras el 1-1 tuvieron "buenas" oportunidades en la segunda parte para ganar y apostaron por la victoria porque "a veces el punto vale de poco". "Hoy pasó. Nos tocó a nosotros. Detalles de un jugador o del árbitro deciden y el partido lo definió un detalle de calidad de Felipe", manifestó.

Poyet, cuestionado por un sector de la afición tras la derrota contra el Real Madrid, destacó que el Betis debe estar unido en una temporada de "construcción". "Sé que se pasa mal, pero la sociedad hoy en día está muy efusiva y transmite mucho lo que siente, rozando la mala educación", dijo. "La familia de los jugadores o del presidente no merecen eso, porque estamos haciendo un esfuerzo enorme por tratar de devolver al Betis al lugar donde quiere la gente, pero necesitamos empujar todos juntos, que el partido contra el Espanyol de local sea de unión y que no sea de esperar que algo vaya mal para volver a los insultos", concluyó.