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De mentira, sí saben (3-0)

  • El Betis demuestra no estar capacitado para competir ni jugar con presión y cae goleado reo de sus fallos y de lo mal que encara y vive los partidos. A los fallos colectivos y a su falta de espíritu le une errores gruesos de Carlos García, Sunny o Nelson para sacar algo de fútbol cuando ya no valía nada

El psicólogo del Betis debería cobrar el doble. Tapia se ha traído a un profesional para esta parcela y el bueno de Antonio Hernández tiene cada día más trabajo. El Betis sufre un atasco mental. Le puede la presión de la categoría, el creerse favorito, los pajaritos que rondan por las cabezas de quienes saben que el equipo es malo pero excluyéndose ellos del mismo... El atasco es gordo y el Elche se lo merendó en dos actos, con un gol que desnudó a los centrales y aprovechando la torpeza consecutiva de Carlos García y Nelson para sentenciarlo.

Porque si la pregunta es ¿tan malo es este Betis?, habría que responder que con nueve hombres fue mejor que el Elche. Claro que ya era todo mentira, no había presión, no se competía...

La diferencia entre ambos contendientes se antoja demasiada a poco de echar el balón a rodar. El Elche es hoy un equipo mejor ahormado que el Betis y esta realidad es palmaria. No se trata de que esté mejor posicionado, que al Betis tampoco es que se le descomponga el dibujo; ni siquiera hay que atender al hambre de ganar y de competir que anida en los dos equipos, donde la diferencia sí es notable con un saldo muy negativo para los verdiblancos. La distancia mayor en la prosaica pelea que ambos mantienen reside en el mundo de las ideas, en saber qué hacer con y sin el balón en cada instante.

Es difícil bucear en los porqués, y en si la relación con quien maneja los hilos es tan directa como pueda parecer sin vivir en ambos potreros, pero el Elche siempre le va a ir dando al partido lo que éste requiere y el Betis, sin embargo, siempre va a navegar, en ritmo y en intensidad, por debajo del nivel que el balón le va exigiendo minuto a minuto.

Los primeros compases, que se emponzoñan para el Betis con el gol de Trejo, quien aprovecha la indolencia y candidez de los centrales al no meter el pie para abortar su jugada, son elocuentes. El equipo de Bordalás, a raíz de esa ventaja, se hace fuerte en el medio del campo, se crece con la moral que le da su ventaja y está a punto de vivir aún mejor con solo estar atento a los titubeos de Sunny y compañía con la pelota en los pies para morder. La mínima indecisión del Betis se convierte en una nueva aproximación al área de Goitia.

El Betis es una cosa bien distinta. Exhala inseguridad. Acusa el golpe del gol y concede alguna que otra ocasión por su sempiterna incapacidad para el robo de balón. Sus futbolistas no sólo no saben meter la pierna, sino que se atiborran a hacer faltas y se cargan de tarjetas cuando sacan los pies o los brazos a pasear. Paradójicamente, Sunny, el más cualificado, pierde los balones que recupera con pasmosa facilidad, aunque es el único que aprieta de verdad si se salvan dos achuchones iniciales de Sergio García.

Pero es todo una entelequia. Porque el Betis, cuando suelta el atolondramiento que le produce el gol de Trejo, se rehace de manera absurda. Asume el mando del partido, pero sólo hace lo que el Elche le deja. Tiene el balón pero lo juega como si fuese empatando, cuando ésa es, precisamente, la tarea pendiente. Es como si no tuviese cabeza.

Los minutos caen uno tras otro y el mohoso equipo de Tapia ni le mete al partido la chispa que éste requiere ni mucho menos la intensidad que, cuando no espectacular, hace agradable este juego llamado fútbol. El resultado no es otro que un equipo feble en su área encima no es capaz siquiera de atisbar la contraria, no ya de crear una sola ocasión de peligro.

Si cierto es que este pusilánime Betis forma un brebaje que no hay quien se trague, no lo es menos que la fortuna no viene nunca a rescatarlo. Quizá es que no la merezca con futbolistas en sus filas tan arcaicos como Carlos García, a quien su entrenador alinea una y otra vez con contumacia hasta que deje de hacerlo el próximo domingo aunque sólo sea por esa expulsión tan amorfa y merecida que arruinó el intento de reacción de su equipo.

Tapia tenía claro que la solución estribaba en ganar llegada y pase y no dudó en retirar a Sunny, otro cuyas presencias en el once no se entienden ni aunque como ayer fuesen medio impuestas por las ausencias, y dar entrada a Emana, con quien el Betis iba a ser otro Betis.

Es lo que se colige de lo que se vio cuando ya no había partido, cuando el central catalán, ése que no cesó de hacer falta desde que se dio el aldabonazo liguero hasta que lo expulsó Teixeira, se permitió el lujo de agarrar a Jorge Molina fuera y dentro del área como único recurso para frenarlo. El penalti y la expulsión del barcelonés acabaron con un Betis que en los dos minutos que se llevaban jugados de la segunda parte había tocado a rebato ya por medio de Rodri y Emana.

Las buenas sensaciones, ésas que afloran tan esporádicamente en los portadores del escudo de las trece barras, se diluyeron hasta el apagóse, máximo cuando Nelson, en acción similar, dejó al Betis muerto: con nueve y un 3-0 que lo desquiciará más.

Árbitro: José Antonio Teixeira Vitienes l (cántabro). Muy tarjetero sin motivos para ello, la jugada en la que señala el penalti de Nelson sobre Jorge Molina es cuando menos dudosa.

Tarjetas: Amarillas Rodri (14'), Ximo Navarro (32'), Melli (33'), Nelson (39'), Santos (40'), Carlos García (44') y Aurelio (87'). Rojas Carlos García (48') y Nelson (52).

Goles 1-0 (13') Trejo. Balón en segunda jugada que cae a pies del argentino, quien en el borde del área penetra sin que los centrales le metan el pie y se queda solo ante Goitia, al que bate. 2-0 (47') Jorge Molina. Penalti de Carlos García sobre Jorge Molina que transforma engañando a Goitia. 3-0 (47') Jorge Molina. Penalti de Nelson sobre Jorge García, que quizá no fue, y éste engaña a Goitia por el lado contrario.

Incidencias: Encuentro de la decimotercera jornada de la Liga Adelante, disputado en el estadio Martínez Valero, de Elche, ante 9.632 espectadores.

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