El regreso de Tiger acapara los focos, pero el número uno no es el único que busca renacer en el primer Grand Slam del año: David Duval también ansía un nuevo comienzo. Hace un año, la presencia del australiano Greg Norman daba la nota nostálgica en el Masters. Su tercer puesto en el Británico del año anterior, donde casi se convierte en el jugador de mayor edad en ganar la cita más importante del mundo, le otorgó el derecho de jugar en Augusta.

Ahora, la vacante de Norman la ocupa Duval. Las historias son parecidas. Ambos fueron números uno, con la diferencia de que el aussie se fue apagando con la edad y Duval lo hizo abrupta e inexplicablemente en la plenitud de su carrera.

"Supongo que empecé a jugar mejor. No estuve jugando bien durante un tiempo, tuve problemas físicos y he tardado en recuperar todo junto. Estoy empezando a recoger la recompensa a tanto trabajo", dijo Duval en Augusta.

Con 38 años, el hombre que pudo desplazar a Tiger en el primer lugar del ranking mundial, que logró el Británico en 2001 y que marcó 59 golpes en una ronda del Bob Hope Classic, desapareció como por arte de magia del golf competitivo.

Algunas lesiones, sumadas a sus problemas de vértigo y hastío por seguir jugando al más alto nivel, lo llevaron a retirarse. Ayer, en sus primeros nueve hoyos en Augusta, sumaba un meritorio 1 bajo par.