Recreativo | betis ·A ras de hierba

Un Emana que sí es de Segunda

No se parece en nada el Emana de hace justo un año al que ahora dirige Pepe Mel. A principios de septiembre de 2009, el camerunés era una especie de forajido que levantaba la voz contra todo lo relacionado con lo verdiblanco y que se presentaba en la calle Jabugo a solicitar más dinero, rodeado de una cohorte de supuestos representantes que acababan marchándose de tan innombrable lugar al recibir las amenazas de Lopera. Ahora Emana, que mantiene su especial idiosincrasia tanto en su vida privada como en el césped, sí se toma el Betis en serio. No sólo Mel, como ya intentara en su día Paco Chaparro, trata de hacerle ver su importancia en el equipo otorgándole el brazalete de capitán, sino que el camerunés se emplea a fondo en cada acción. Aunque, como ocurriera ante el Salamanca, predominaran más los errores que los aciertos, la única realidad apunta a que Emana sí es ahora un jugador importante para la Segunda.

Mel y sus ayudantes lo colocan como segundo punta, siempre más cercano a Rubén Castro y al área rival que al mediocampo. No se le requiere tanto en el inicio del juego como en la finalización, y el camerunés se ha aplicado a esa historia. Arrancadas en potencia y, sobre todo, la fantasía para dar el último pase, pese a que su acompañante en ataque no se mostrase del todo acertado. Y, como capitán y referente del equipo, Emana asumió el lanzamiento del penalti que colocó al Betis por delante. Como muestra de su compromiso sólo hay que acudir a la celebración del gol, cuando pidió a todos sus compañeros que lo acompañaran a la zona donde estaba la fiel infantería verdiblanca.

Se especuló demasiado durante la semana demasiado sobre la implicación de Emana tras rechazar el Betis la oferta del Galatasaray. Pero el camerunés, a quien ahora sí asesora con profesionalidad José Pablo Varela, cumple con lo prometido a Mel durante la pretemporada. No ha escondido nunca el ahora capitán su deseo de disputar competiciones de mayor nivel que la Liga Adelante, pero también le expresó al técnico su deseo de ayudar al equipo desde el primer momento si finalmente debía quedarse en Heliópolis. Y en los dos partidos disputados desde el cierre de mercado nadie le puede discutir a Emana su compromiso, más allá de que su anarquía lo convierta en ocasiones en desesperante para la grada.

"Me quedaré en el Betis hasta final de temporada y si subimos tengo dos años más de contrato", llegó a apuntar el propio jugador camerunés justo antes de subirse al autobús y entre los aplausos de los aficionados que se congregaban alrededor del autobús del equipo. La carestía de efectivos en la zona de ataque era la principal preocupación de Mel antes del cierre de mercado, cuando se suponía que Emana abandonaría el equipo verdiblanco. Pero si el ahora delantero se desenvuelve con esta actitud, Mel conseguirá a su mejor refuerzo.

"Lo hablé con él y le dije que si se entrenaba siempre y rendía en el campo sería titular siempre. Y si no, no jugaría nunca", comentó Mel en su conferencia de prensa tras el partido. Y es que el camerunés había respondido sobre el terreno de juego, la mejor forma para alejar las dudas y demostrar que Emana, este año sí, quiere ser un jugador decisivo para el Betis en Segunda. Doblete, como realizara Jorge Molina en el estreno del campeonato, y presencia inquietante durante todo el partido, pese a que aún le faltase ritmo, fueron las credenciales de Emana. Ahora sólo falta que añada la regularidad a su vocabulario para que el Betis consiga al jugador determinante que necesita para abandonar el infierno de la Segunda División.

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