Juan Carlos Ollero es un hombre inteligente. Y por eso sabe que no puede aterrizar en el club descartando que lo entrene Pepe Mel. Él no es partidario de esta opción y, en sus intervenciones de ayer en diversos programas lo dejó entrever para quien quisiera oírlo. "Quien fiche el Betis tendrá competencias de entrenador", confesó, al tanto de que el madrileño no quiere ser una simple comparsa en el club como en su anterior etapa, en la que Luis Fradua, el director de cantera, y hasta sus ayudantes tenían más poder que él, no digamos ya Vlada Stosic y otros altos cargos del club.

Por estas razones se empiezan a filtrar informaciones capciosas tendentes a desgastar a Mel e incluso a provocar un no como respuesta si el nuevo consejo de administración contactase con él. Mel no pretende ser mánager general, como se dice, pero sí planificar junto a la secretaría técnica los fichajes de invierno y la próxima temporada, llegado el caso.

A la par, también se está vendiendo la especie de que el caché de Mel es inasequible, cuando la realidad es que en el último contacto habido no se habló de las condiciones económicas. Ítem más: Mel aceptaría un dinero similar al de Velázquez y apostaría el resto a una prima sólo en caso de ascenso a Primera.

Ollero está al tanto de esta negociación mantenida el martes entre Margarita Garay, agente de Mel; Manuel Domínguez Platas y Fernando Casas, cita en la que pudo estar también un miembro del actual consejo. Estaba prevista desde semanas antes, porque Velázquez estaba sentenciado. Ahora, el nuevo presidente aguarda. No le gusta el poder que Mel solicita, aunque no pondría pegas si fuese con Lorenzo Serra, a quien el entorno vuelve a colocar en liza sin tener éste aún resueltos sus innumerables problemas de toda índole en el Mallorca -Ollero negó ayer que tenga una oferta-. Serra no quiere entrenar y está fuera de mercado -su último equipo fue el AEK Atenas en 2008-, pero es la única puerta que se le abre hoy para luego lograr su aspiración: ser director deportivo. De momento, su primera decisión en la sombra fue la de fichar a Julio Velázquez. Y a Alexis. La noticia se ha vendido en Palma, pero tiene su raíz en los intestinos de Heliópolis y en la campaña de desgaste hacia Mel, al que recurrirá el consejo si se ve presionado, le va mal con Merino y Serra, como es de esperar, no puede desatarse del Mallorca.

Mientras, la confianza en el linense es total, tanto que lo que agradaría a muchos en el consejo es que ganase los dos primeros partidos, frente al Llagostera y el propio Mallorca, para solicitar incluso una prórroga que permite el reglamento y esté un tercero como interino en Lugo. De Mel se quiere hacer ver que pone pegas cuando es lo contrario.