Copa del rey

Esa indecencia de la ida... (2-1)

  • El Betis se sostiene sin más en Almería y nunca se acercó de verdad a la remontada. Un gol de Zongo desde el centro del campo cerró una eliminatoria despreciada en Heliópolis.

El Betis cayó eliminado en la Copa del Rey ante el Almería, como cabía esperar tras el vergonzoso primer tiempo de la ida en Heliópolis, y lo hizo además con la sensación de que haber mantenido la dignidad en ese indecente tramo de la eliminatoria que condujo al imposible 0-4 habría dado una oportunidad muy importante frente a un rival con más calidad pero muchísimas más dudas. Al final, ni siquiera el empate en un penalti fallado por Rubén Castro en la prolongación (2-1) y todos los esfuerzos para la Liga, el objetivo.

Con algunas novedades, Merino apostó por recuperar gente para la causa tras la vergüenza de la ida y a fe que lo consiguió, pero sin acercarse realmente a algo parecido a remontar. Apoyado en un agigantado Dani Ceballos, el Betis aguantó el pulso con un ligero déficit de fe propio del resultado adverso pero con la creciente impresión de que habiendo jugado con más seriedad ese primer encuentro todo sería distinto. El Almería no ofrecía la menor solvencia a pesar de su buena presencia física e incluso el Betis pudo tener opciones de asustar con varios fueras de juego mal señalado en ese tipo de jugadas que dejan al portero como último obstáculo.

El gol que pueda meter al Betis en la eliminatoria no llega y, además, Julián apenas entra en juego. El equipo de Merino se sostiene, pero poco más. Wellington y Zongo acorralan los carriles y el Almería tiene más el balón, sabe mejor qué hacer con él y el marcador, pues... Y el juego tiene cero continuidad: se alcanza la falta número 30 en el minuto 55, y subiendo.

Merino no espera, da la cara por el partido y mete a la vez a Rubén Castro y a Cejudo por Rennella y Dani Ceballos (estaba siendo el mejor... ¿Liga quizás?), pero el tema no puede salir peor porque en una jugada de estrategia se adelanta el Almería con un remate abajo por el centro y en el punto de penalti. Cabreo garantizado de cualquier entrenador.

El Betis parece conformarse con la derrota digna pero aquí que Jonathan Zongo se saca un golazo tremendo, con Dani Giménez adelantado y el balón ajustadísimo, para doblar ventaja y el equipo como que se encabrita, dice ya está bien y aprieta hasta que, como en la ida, marca Perquis y Rubén fallada el citado penalti. Valer no valía para mucho pero constata que la indignidad hasta el 0-4 dejó la vuelta por imposible y que el Betis de Merino es otra cosa. Por lo menos, es 'algo'.

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