Pasa el tiempo, pero no el Betis, o eso al menos parece tras otra semana más en la que en el club verdiblanco y sus alrededores se habla más de asuntos extradeportivos que del balón, ese elemento decisivo para colocar a un equipo en el lugar que le corresponde. Si hace siete días la cuestión residía en cómo respondería el Betis a las acusaciones de un presunto amaño, hoy la situación se torna parecida pero con unos cánticos deplorables como argumento para examinar a la plantilla verdiblanca. Por la fuerza de la costumbre, Mel y los suyos tratarán de que el fútbol sea nuevamente la mejor medicina para olvidarse de todos esos asuntos que de lunes a sábado rodean al equipo bético.

La victoria, como siempre en este deporte, aparece como el elemento indispensable para devolver la tranquilidad. Y no sólo eso. Para el objetivo ineludible del ascenso, el cuadro verdiblanco necesita ganar, ganar y ganar y más aún cuando en el horizonte más inmediato se vislumbra a Valladolid y Unión Deportiva Las Palmas, dos de los rivales por el ascenso directo. Tres empates y un triunfo, aunque éste de una jerarquía como fue el de El Molinón, suma el Betis desde la llegada de Mel cuando ha actuado como visitante, por lo que ahora se trata de sumar de tres en tres con más asiduidad lejos de Heliópolis.

Con esas miras partió ayer la expedición verdiblanca con destino a Miranda de Ebro, donde aguarda un conjunto local que no pasa por su mejor momento de la temporada. Seis partidos sin conocer la victoria acumulan los de Carlos Terrazas, que han colocado la visita del Betis, ese rival esperado en cada campo esta temporada, como el día adecuado para cambiar de dinámica.

Buena parte de las aspiraciones del Mirandés pasarán por el rendimiento que obtengan a su habitual juego directo hacia Urko Vera, un delantero que se busca la vida en solitario y que suele facilitar el origen de segundas acciones que pueden ser aprovechadas por la segunda línea. Además, se espera que Carlos Terrazas coloque a sus jugadores un paso más atrás de lo habitual, con la intención de cerrar espacios a ese juego combinado que propone el Betis.

Otro factor importante, que incluso condicionará hasta esta misma mañana el once que finalmente disponga Mel, pasa por el estado del terreno de juego. En el último encuentro del Mirandés como local, en el que empató ante el Tenerife, la nieve caída en los días anteriores lo convirtió en un barrizal; las lluvias posteriores tampoco han ayudado a mejorar un césped que estará blando y que empeorará durante el transcurso del duelo.

Más allá del terreno de juego o de la alineación verdiblanca, Mel sí pretende que sus jugadores pongan una marcha más de la que viene siendo habitual como visitante. Esa intensidad será decisiva para afrontar este tipo de duelos ante rivales en teoría inferiores, de ahí que el técnico continúe con la idea de utilizar ese doble pivote en el centro del campo, donde esta vez Xavi Torres acompañará a N'Diaye.

Y es que el 4-4-2 sin extremos puros que ya emplease con excelente resultado la pasada semana ante el Mirandés ha sido el sistema ensayado por el técnico durante los últimos días, con lo que todo apunta a que el once será el mismo de la última jornada, con las obligadas novedades del mencionado Xavi Torres en el lugar de Reyes, y de Rennella por Jorge Molina. Aunque por la mente de Mel ha pasado otorgale a Fabián la camiseta de titular, con la idea de encontrar a ese jugador que en ausencia del delantero alcoyano realice la labor de enganche con el centro del campo y el ataque, la necesidad de recuperar la mejor versión de Rennella, con su aportación goleadora como añadido, provocarán que finalmente sea el franco-italiano el elegido para acompañanar a Rubén Castro.

El rendimiento del canario, tras otra semana en boca de media España por asuntos poco agradables, será otra de las claves a examinar en el equipo verdiblanco. El Betis necesita de los goles de Rubén y éste a su vez también los requiere para dejar de una vez al lado unos asuntos que se dirimirán en un juzgado y no en la opinión pública.