La victoria frente al Málaga ha dado tranquilidad al Betis de cara a la cita del próximo viernes en Anoeta. Tres puntos balsámicos, después de la derrota en el derbi, para los verdiblancos, que de haber cosechado un resultado negativo ante los de Juande Ramos tendrían que visitar el feudo de la Real Sociedad con la necesidad de conseguir una victoria que aplacara el nerviosismo que se hubiese producido, mientas que ahora encaran el choque en la zona tranquila de la tabla y con la opción de dar un golpe de autoridad si son capaces de salir victoriosos ante los donostiarras.

La necesidad de mejorar del Betis es evidente, pero hacerlo con buenos resultados es mejor. Crecer desde los triunfos debe hacer que el equipo de Poyet siga elevando el nivel mostrado hasta ahora, pues los heliopolitanos, por el momento, compiten, demuestran garra, carácter e intensidad en los partidos -un primer paso muy importante- para suplir el problema que tienen a la hora de elaborar fútbol y tener el control del juego. La aportación de Dani Ceballos para esta faceta se antoja clave y tanto el papel del utrerano como el del uruguayo deben ser fundamentales en beneficio del equipo bético, que es el que debe salir ganando, ya que ninguno del resto de mediocampistas tienen esa capacidad para organizar que atesora el canterano.

Petros, para lo bueno y lo malo, no deja indiferente a nadie; Brasanac tampoco es un organizador al uso y Felipe Gutiérrez, pese a su honestidad en los dos últimos encuentros -en el derbi y ante el Málaga fue el que más corrió de su equipo, con 11,90 kilómetros en ambos partidos-, no acaba de ser determinante en el centro del campo de un Betis que, por ahora, está mostrando otras armas que recuerdan a cómo era Poyet en su etapa como futbolista.

Además, a esta mejoría que a los de Heliópolis se les empieza a atisbar hay que sumarle el hecho de que futbolistas como Bruno y Donk están llamando a la puerta de la titularidad, pues ante el Málaga ambos demostraron ganas de ayudar a un Betis que debe corregir algunos aspectos.

Sobre todo, porque los heliopolitanos, debido a esa falta de control del juego, convierten los partidos en un cara o cruz, ya que los rivales llegan con mucha facilidad a la portería defendida por Adán. Tanto es así que el cuadro de Poyet ha recibido 104 remates en contra (38 entre los tres palos), siendo, en lo que va de Liga, el equipo de Primera al que más veces le han rematado.

El Betis debe crecer desde atrás, sin perder tantos balones ni hacer malas entregas fruto de las imprecisiones, como se viene observando en los últimos partidos. Otro aspecto a mejorar por los heliopolitanos son las desconexiones que han sufrido en algunos choques, como por ejemplo frente a Granada y Valencia. Ante los de Paco Jémez, empezaron perdiendo 0-2, y después del 2-2 y con uno menos, no aprovecharon la superioridad numérica, y en Mestalla dejaron escapar dos goles de diferencia para sufrir y pasar de rozar la derrota a ganar de manera agónica con un gol de Rubén Castro, en el alargue.

Precisamente, la posición del canario es otro punto a corregir. El atacante, cayendo a la izquierda, pasa muchos minutos sin entrar en juego, y algo que debe ser un recurso, en algún partido, se ha convertido en una constante en un Betis que pierde pegada y presencia en el área rival debido a la lejanía de su goleador.