La plantilla del Betis sigue preocupada. Las disculpas ofrecidas por el director de comunicación del club fueron aceptadas a regañadientes por los capitanes y, más aún, por el resto de la plantilla cuando ayer fueron informados por éstos de cómo transcurrió la reunión vespertina del martes en las oficinas de Manuel Ruiz de Lopera, quien pretendió, entre otras cosas, salir indemne del altercado pese a haber sido su muñidor.

A la afición del Betis, la principal damnificada por todo el asunto, nadie del club le ha pedido disculpas y su comportamiento en el futuro, sobre todo si el equipo no cosecha buenos resultados, es una incógnita. Episodios como las pintadas, los huevos a los coches, etcétera, están muy recientes y en este caso ha sido el propio club el que ha puesto a los futbolistas a los pies de los caballos.

Aunque oficialmente no lo han exigido, ya que los futbolistas son empleados del club, la mayoría está muy molesta con el director de comunicación tras la soflama del lunes en la radio oficial, que desencadenó esta crisis, y espera que éste no viaje más con la plantilla como miembro de la expedición oficial, como acostumbraba hasta la fecha, sino que lo hiciese como un periodista más. Y es que los jugadores, pese a las disculpas aceptadas por los capitanes, siguen enfadadísimos. Prueba de ello es que, con tal de no verle la cara al director de comunicación, prefirieron que éste no se disculpara al resto en el vestuario, como sugirió.

Mientras, la afición sigue moviendo a través de sus foros la manifestación del 23-M, coincidente con el partido frente a la Real Sociedad. Quieren que la grada manifieste sus repulsas al palco hasta dejarlo vacío y apoyar al equipo desde ese momento. Además, los aficionados inundarán de pancartas la grada de Heliópolis.