De nuevo a San Juan. Los chabolistas que huyeron del Polígono Sur y que permanecieron asentados junto al puente de hierro de esta localidad durante tres meses se han reagrupado para volver a escasos metros de donde fueron desalojados el pasado viernes. Una vez que han dejado a sus hijos menores de edad realojados en las viviendas de sus familiares han decidido asentarse en terrenos de San Juan de Aznalfarache, junto a las huertas de naranjos cercanas al río, donde tienen previsto permanecer hasta que les den una solución. Ahora no tienen nada que temer. El Ayuntamiento de San Juan ya les ha avisado. En este lugar tienen las horas contadas. La solución por parte de las administraciones competentes se está haciendo esperar.

Aurora, la matriarca de las 41 familias que componen el clan de los Caracoleños, que tuvieron que abandonar sus pisos en las Tres Mil la pasada primavera tras el tiroteo con un clan rival en el que murió un menor, aseguraba ayer a este periódico que "no piensan moverse de aquí hasta que no nos den una solución". Aunque las primeras informaciones apuntaban a que sólo se habían reagrupado en este lugar 10 familias, la matriarca incidía en que "han vuelto casi todas, después de que hayamos dejado a nuestros niños con los familiares en pisos como personas normales, por lo que la Junta ya no puede quitárnoslos".

El temor de estas familias se fundamenta en el anuncio de la Consejería de Bienestar Social de que ingresaría a los hijos y madres menores en centros de protección hasta que pudieran regresar a una vivienda. Incluso el Defensor del Menor, José Chamizo, pidió que la Junta ejecutara cuanto antes esta medida si las administraciones no tomaban una solución inmediata.

Por tanto, ayer se inició un nuevo capítulo de nomadismo en la existencia de estos chabolistas que, al cierre de esta edición, aún continuaban en el nuevo enclave, a la espera de pasar la noche allí. Pero las intenciones del Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache son bien distintas. Su alcalde, el socialista Juan Ramón Troncoso, incidía en que no se va a permitir un nuevo asentamiento en terrenos de la localidad. "Se trataría sólo de trasladar un problema de un lugar a otro, sin dar ninguna solución", añadió Troncoso. La Policía Local se personó en el lugar donde acamparon ayer para informarles de que no podían permanecer allí, aunque el primer edil sanjuanero señaló que en todo momento "se pretende evitar la utilización de la fuerza para expulsarlos".

Por su parte, el secretario de la Unión Romaní, Manuel García Rondón, sigue a la espera de reunirse con las administraciones para que le inforem sobre la solución que pretenden dar a estas familias, que compraron sus pisos en las Tres Mil tras recibir del Ayuntamiento 42.000 euros para abandonar un asentamiento anterior en Los Bermejales.